[Capítulo 21]

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Aún bajo la luz de la luna, el demonio meditaba toda la información que había recibido aquella noche. La fría brisa no le preocupaba lo más mínimo, dejando reposar su cuerpo sobre el suelo de una de las azoteas de esos edificios frágiles y casi derruidos. Si todo lo que le había contado Antonio era cierto, lo más probable era que Gilbert tuviera un chip implantado y no lo sabía. Debía decírselo lo más pronto posible, pero no sabía cómo localizarlo. Tal vez se encontrara en aquella caseta, o tal vez no. No podía arriesgarse a ir.

- En cuanto me lo encuentre tendré que pedirle su número...

Dejó salir un largo suspiro y decidió dormir un poco. Por esta vez, esa noche no haría nada más. Debía pensar las cosas con claridad y no actuar de inmediato. Todo podía torcerse en cualquier momento y sin previo aviso.

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Al día siguiente, rondando las ocho menos diez de la mañana, Arthur ya se encontraba caminando por las calle de Londres, dirigiéndose hacia la comisaría aún algo pensativo por lo del día anterior. La presencia de Antonio era tanto una ventaja como una desventaja. Si lo descubrían, el jefe de los monstruos podría tomar medidas y sería mucho más difícil localizarlo. Debían tener mucho cuidado. Aunque en ese momento tenía otro dilema en el que pensar. ¿Se lo diría a Alfred? No podía contarle toda la verdad, pero tampoco tenerle desinformado.

- Por qué tiene que ser todo tan complicado...

Dejó salir un largo suspiro para intentar calmarse y decidió no darle más vueltas al tema. Llegó a la comisaría en unos minutos y fue directo a la oficina de Alfred, llamando a la puerta como siempre para esperar a su confirmación.

- Adelante.

En cuanto escuchó su voz entró y cerró la puerta tras de sí. Alfred levantó la vista de sus papeles para ver de quién se trataba y sonrió levemente al ver que era Arthur.

- Qué puntual.
- Y veo que tú llegas siempre temprano.

El demonio le correspondió la sonrisa y fue hacia la silla que había frente al escritorio para sentarse. El inglés se encogió de hombros ante la respuesta de Arthur y volvió a bajar los ojos a los documentos que estaba terminando de rellenar.

- Me gusta aprovechar la mañana antes de salir a patrullar.
- Cómo no, siempre trabajando. Un día acabaré encontrándote dormido en el escritorio y pienso hacerte fotos.

El demonio esperó a que el inglés alzara la vista y le dedicó una sonrisa divertida cuando sus ojos azules lo miraron con cierta sorpresa, aunque aquello duró poco al contagiarle la sonrisa enseguida. Dejó salir una breve risa y bajó la mirada de nuevo para empezar a recoger.

- Lo tendré en cuenta~ Pero debes saber que si eso llega a pasar tomaré cartas en el asunto.

Alfred regresó la vista al demonio para guiñarle y se levantó de la silla mientras era seguido por los ojos verdes de Arthur. Aquel acto lo dejó confundido por unos segundos hasta que la voz del inglés lo trajo de nuevo a la Tierra.

- Bueno... Ya podemos irnos.
- ¿Hay que ir a algún lugar en especial?

Acabó levantándose también de la silla observando con algo más de interés a Alfred, quien asintió levemente a su pregunta y se dirigió hacia la puerta para ir saliendo.

- Pues sí. Ayer llamaron para informar sobre un posible caso de robo dentro de una empresa de electrodomésticos. Sospechan de uno de sus empleados en una de sus tiendas del centro y el gerente quiere que lo investiguemos. Tengo toda la información en el teléfono, así que podemos ir yéndonos.
- Ah, de eso se trataba aquella llamada...
- ¿Hm?

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