La mujer y el hombre se miraron un momento antes de que aquella chica, de pelo largo y castaño, diera un par de pasos hacia el demonio. Lo miró fijamente a los ojos por unos segundos y, después de comprobar lo que pensaba, se giró hacia su compañero mientras Arthur esperaba confuso.
- Como nos dijo, no le afectan nuestros poderes.
- Bueno, pues tendremos que recurrir a la palabra.El demonio frunció el ceño cuando aquellas dos personas lo miraron al mismo tiempo. No podía bajar la guardia en esos momentos a pesar de saber que era muy probable que fuera más poderoso que los dos juntos. El chico dejó sobre la mesa el instrumento que usó con anterioridad y se acercó un poco más a Arthur, siendo cauteloso para no causar daños innecesarios.
- Yo soy Roderich, y ella es Elizabeth. Por si tienes curiosidad, su poder es el de paralizar a la gente con solo mirarla, algo muy útil en casos como este pero por desgracia no funciona contigo. Queríamos proponerte algo.
- Ya... Os escucharé porque por el momento no habéis matado a nadie. O eso espero.
- Podríamos haberlo hecho, pero era gastar energías en algo innecesario.La mujer permanecía junto al hombre en silencio sin apartar la mirada del demonio, preparada para atacar en cualquier momento si fuera necesario. Los ojos verdes de Arthur, en cuanto terminaron de examinarla rápidamente, regresaron al rostro despreocupado de Roderich y volvió a hacerle la misma pregunta que antes.
- Pues adelante. Decidme de una vez qué es lo que queréis de mí.
- Que dejes esta tontería de ser policía y te unas a nosotros.Ante su propuesta no pudo evitar reírse. Una risa totalmente sincera y que pocas veces tenía la ocasión de dejarla salir. Mientras tanto, Elizabeth y Roderich lo miraban con el ceño fruncido al no entender qué era tan gracioso.
- Ah... Debe de ser una broma... ¿Acaso el que os dio la información de que vuestros poderes no me afectan no sabe ya que no pienso unirme a vosotros nunca?
- Bueno... Por insistir una vez más no perdíamos nada. Lo mismo habías cambiado de opinión.
- Jamás ocurrirá eso.La chica dejó escapar un pequeño suspiro y se acercó a su compañero para susurrarle algo al oído. Ante lo que le dijo, Roderich asintió levemente y se giró hacia la mesa donde había colocado la ocarina para recogerla. Arthur se puso en guardia en cuanto lo mio moverse pero, después de todo, aquello no era lo peligroso. Sus palabras fueron las que hicieron que el miedo recorriera su cuerpo.
- Pues nada, ha sido un placer conocerte en persona, demonio. Pero debemos irnos. Este ha sido el último aviso de parte de nuestro jefe. Nosotros solo hemos sido unos simples mensajeros intentando, por última vez, hacer un trato. A partir de ahora no nos andaremos con rodeos.
Su voz sonaba tan tranquila y amenazadora que Arthur, en el fondo, sabía que debía tener cuidado con él a pesar de que su poder no podía hacerle nada. Cuando sus ojos volvieron a conectar entendió de inmediato lo que quería decir con esas palabras.
- Puede que hayas vencido a unos cuantos de los nuestros, pero eso no le impedirá cumplir su objetivo.
- ¿Y cuál es?Elizabeth sonrió ante la pregunta del demonio y el hombre simplemente se encogió de hombros, diciéndole con aquel gesto que no obtendría más información de él. Arthur frunció el ceño molesto e hizo el amago de avanzar hacia ellos para atacarles y acabar con dos más, pero de nuevo la voz de Roderich le detuvo.
- Ahora nos dejarás marchar si no quieres que asesine a todos esos parlamentarios, y a tu amigo, claro. Puede que los dejara salir pero aún siguen bajo mi control. Con una simple nota puedo hacer lo que quiera con ellos.
El demonio apretó los puños y apartó la mirada para dejarlos pasar, intentando controlar su ira para no atacarlos. Los otros dos se dirigieron hacia la salida de la gran habitación con paso calmado, sabiendo que huirían de allí sin problemas. Todos los policías y parlamentarios que había en la calle permanecían inmóviles, como si fueran ajenos a lo que estaba pasando en el Palacio de Westminster. Cuando los dos secuestradores estuvieron lo suficientemente lejos de la escena, Roderich deshizo su control volviendo a tocar la ocarina y la gente afectada regresó a la normalidad. Arthur salió poco después y, en cuanto llegó al exterior, el inglés fue directo hacia él nervioso y ansioso.
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Mundo en Caos
Fanfiction[UsUk / UkUs] Sin poder parar aquella masacre, la policía de Londres hacía todo lo que tenía en su mano para frenar los homicidios que llevaban sucediendo desde hace 6 años. Monstruos sacados de películas de terror iban invadiendo la ciudad y nadie...