[Capítulo 11]

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Arthur alzó un brazo hacia Jake para indicarle que no se moviera, que permaneciera detrás de aquella estantería como medio de protección. Debía encargarse de ese tipo antes de que fuese demasiado tarde, pero aquel hombre que se hacía llamar Iván dio unos cuantos pasos más hacia el demonio, quedándose a un par de metros delante de él. Al menos parecía que había perdido todo interés en el otro policía. Ladeó un poco la cabeza y lo miró con una sonrisa algo diferente a la anterior. Se le veía molesto por la presencia de Arthur.

- ¿Tú qué eres?

El demonio no respondió. Se limitó a analizarlo ahora que lo tenía más cerca y podía verlo mejor. Tenía el cabello de color platino, al igual que Gilbert, pero sus ojos eran violáceos, fríos. Parecía que podía congelarte solo con su mirada. Al ver que Arthur no le contestaba, Iván dejó salir un pequeño suspiro y sacó dos huesos de sus hombros a modo de espadas. Volvió a mirarlo sonriente y, como si le divirtiera la situación, se puso a jugar con sus armas.

- Si no me lo quieres decir te lo sacaré por las malas~

En un segundo su sonrisa desapareció e intentó apuñalarlo con los dos huesos, pero Arthur logró esquivarlos a tiempo echándose hacia atrás. No quería matarlo, al menos aún no. Antes debía sacarle información.

- ¡Jake sal de-!

No lo miró ni dos segundos, pero ese breve despiste hizo que Iván lograra apuñalarle con sus espadas, haciendo que la atención del demonio volviera a él. Este, al ver que algo de sangre oscura salía de su boca recorriendo su barbilla, no pudo evitar sonreír de nuevo, y se acercó un poco más a él profundizando aquellas espadas de hueso.

- No deberías desconcentrarte~ Ni subestimarme.
- No me hace falta subestimarte... Sé que soy mucho más fuerte que tú.

Arthur le devolvió la sonrisa al ver que había conseguido molestarlo cuando vio la mueca de odio en su rostro. Puso ambas manos en los huesos e hizo fuerza para intentar sacarlos, o al menos frenar su avance. Jake, observando cómo los dos seres sobrenaturales charlaban como si nada, decidió salir de allí de una vez lo más rápido que pudo hacia el coche, haciendo caso a las pocas palabras que le había dicho el demonio. Iván, al verlo irse, soltó las armas e intentó ir hacia la salida, pero Arthur lo agarró de la camisa y lo lanzó contra la pared con todas sus fuerzas antes de que pudiera dar un paso.

- Esta pelea es entre nosotros... No estarías pensando en irte y dejarme con las ganas de más ¿verdad~?

Lo único que escuchó salir de la boca de su enemigo fue un leve quejido y algo de sangre mientras se despegaba de la pared. Logró amortiguar el golpe con huesos que hizo salir de su espalda, a lo que Arthur chasqueó la lengua. Quería inmovilizarlo de una vez, pero estaba dándose cuenta de que no iba a ser rápido y sencillo. De repente lo escuchó reírse y sus miradas volvieron a chocar. Sus ojos brillaban como si se estuviera divirtiendo. Aunque, viendo lo que era, seguro que se lo estaba pasando de miedo.

- Para nada...~ Ya me encargaré de tu amigo cuando acabe contigo.
- Oh claro, inténtalo.

El demonio no quiso escucharlo ni esperar más, por lo que se acercó a él rápidamente sin dejarle pensar y lo agarró del cuello para volver a estamparlo contra la pared. Esta vez logró hacer que el cuerpo de Iván chocara directamente contra el muro, haciéndole toser más sangre de la que ya había expulsado anteriormente. No le dio tiempo a recomponerse cuando empezó a interrogarle, mirándolo seriamente e impaciente.

- Dime quién te ha dado ese poder y puede que me replantee dejarte con vida...

El de ojos violetas lo miró fijamente a los suyos por unos segundos sin decir nada. Parecía que lo estaba analizando, intentando averiguar quién era y qué era exactamente lo que buscaba, hasta que dejó escapar una leve sonrisa y agarró la muñeca de Arthur.

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