𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í ●●McLennon●●

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En los nombres Aren y Daven, la a se pronuncia como se haría en el español.

Recordatorio: For Vái es el diario  que encuentran los hermanos en la cabaña Wodenson. By Váli es el diario que encontraron Paul y John en la mansión.                                                        Luego de que Paul fuera atacado por Thomas, John adquiere For Váli.

John cerró el libro (For Váli) cuando fue llamado por su nombre. Pudo ver como su padre, completamente serio, lo observaba desde el umbral de aquella habitación; junto a él se encontraba un abogado y al otro lado un doctor.

—Ya vuelvo, Paul.- Dijo cuando miró a su lado; pues allí yacía Paul, recostado en la cama de hospital.

El joven terminó por irse desanimado y con ayuda de una silla de ruedas. Al pobre le entristecía ni siquiera poder plantarle un besito como despedida.

-¿Qué pasa?- Preguntó a su padre.

-Necesitamos tu presencia.- Respondió Alfred.

El doctor ahí presente, de apellido Smith, detuvo a John con una mano.

-¿Cómo se encuentran tus heridas?- Le preguntó.

John había recibido unas pocas puntadas en el rostro y varias en su pierna, además de aguantar la incomodidad de su pierna fracturada.

-Bien.- Dijo. -Pican, pero es soportable.

Los cuatro terminaron por dirigirse a un cuarto un tanto remoto, el que parecía ser la sala de conferencias del hospital.
Dentro de este lugar había una gran mesa y al extremo de esta yacían un grupo de personas, quienes parecían desesperadas. El muchacho sintió los nervios a flor de piel.
Se trataba de dos policías, un asistente social, el psicólogo de Paul, dos doctores mas y finalmente, James McCartney, padre de Paul. James no podía estar mas demacrado, no obstante y a fin de cuentas, el afectado era su hijo: su cáncer no le impediría buscar explicaciones.

Al ver como John entraba a la habitación todos enmudecieron, y el psicólogo, Collins, se sentó quedando a la altura de John.

-¿Ya pueden decirnos?- Interrogó James, quien parecía frustrado. -El chico ya esta aquí.

El joven Lennon se sintió muy pequeño al ver como solo él y Collins estaban a la altura, el resto permaneció de pie, aparentando ser intimidantes.

-Escucha lo que tengan que decir, Winston.- Ordenó Alfred.

Un doctor suspiró, ese hombre era el director del hospital. Este  viejo pelirrojo y ya bastante canoso, tomó la palabra.

-Las heridas de Paul son sumamente preocupantes, también extrañas, por lo que consultamos a un biólogo silvestre al respecto.- Declaró. -Parece que cada órgano en su interior sufrió daño, daños que solo hemos contemplado en explosiones, más el afectado en cuestión, James Paul McCartney, no presenta mas que dos hematomas en su piel, hematomas parecidos a los contemplados en impactos con chalecos antibalas. Esto no concuerda con la historia del ataque de un oso, así mismo, parece que el organismo de Paul fue envenenado con alguna toxina aún irreconocible.

-Tú historia no coincide, muchacho.- Un policía tomó la palabra repentinamente. -¿Cómo es que tú fuiste el único con heridas animales y Paul, quien sufrió mas daño, no las tiene? ¡Y no solo eso, estaba medio desnudo a la mitad del bosque, yo creo que tú..

-Discúlpeme por tener medio destrozada la pierna, señor.— Interrumpió el muchacho.

-No dije eso.