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"Pepe Le Pew" es el zorrillo de los Looney Tunes.

Thomas se preguntaba si en algún momento del día dejaría de ser acosado por John y compañía; Apenas era su cuarto día de clases y ya estaba mas que agobiado por la situación y ciertamente, sentía muchas ganas de llorar. Él chico se había convencido de que todo sería un nuevo inicio, que el hecho de haber conseguido una beca en una escuela totalmente desconocida era sinónimo de cambio. Pero no, su situación en la cadena alimenticia estudiantil era exactamente la misma, ese encontraba refundido en el fondo...

—Zorrillo, deberías de bañarte porque apestas— Le decía George al pequeño Tom, quien se encontraba sentado delante suyo.

El chico de la mancha y de ojos curiosos, intentaba hacerse pequeño, en un vago intento de volverse invisible.

—Pepe le Pew ¿Has conquistado a alguna gatita?— Interrogó John imitando el característico acento francés.

Ay No le digas eso, John— Intervino Stu —Auyento a todas las damas con su fétido olor.

De repente, el joven Harrison jalo el mechoncito blanco del cabello de Tom; John por su parte, le arrebató un libro que llevaba en las manos y Stuart no paraba de bromear sobre su apariencia. Como era de esperarse el niño comenzó a llorar, era obvio que intenta reprimir su dolor para sus adentros y asi no mostrar debilidad ante el resto de muchachos, sin embargo, no lo logró. Thomas era un joven bastante sentimental y con tan solo pensar que ese era el tipo de trato que recibiría durante dos años más lo hizo desvanecer. Estaba harto.

John miró perplejo al resto de sus amigos, quienes estaba igual o más desorientados que él, y es que para este grupo de hostigadores esto no era ni la mitad de lo que podían hacer ¡Es más! ¡Se trataban peor entre ellos!
No era la intención hacer llorar a Thomas, o por lo menos no ahora.

—Oye— Tartamudeo Stuart —¿Estas bien?

El de ojos bicolor tan solo se dedicaba a limpiar las lagrimas que iban saliendo de sus ojos, las cuales no parecían parar.
El resto del salón se encontraba en repleto silencio, también estaban impactados por lo veían, ellos también sabían que el trío de idiotas podía ser peor, por lo que dieron por hecho que, una de dos:
-Tom era una mariquita.
-Tenia un serio problema.

Entonces la pesada puerta del aula se escuchó abrirse y todos se incorporaron sobre sus asientos.

—¿Qué le sucede a su compañero?— Dijo el Señor Leroy al instante de ver al chico sollozar.

Los tres amigos se miraron.

—Ni idea— Respondió George.

Su profesor no era ningún tonto, estaba bastante consciente de como eran Harrison, Lennon y Sutcliffe. Él sabía que no solo eran mujeres quienes les lloraban, sino que hasta los mismos hombres llegaban a agobiarse debido a la presión psicológica.

—Los tres— Exclamó el maestro —A dirección.

John ya no podía ir a dirección, le habían dado un ultimátum "Si vuelves a pisar mi oficina, Lennon, te juró que te expulsó".

—¡Pero, señor..

—Nada de peros. Ahora —Interrumpió firmemente.

Thomas, quien escuchaba todo, sabía que de meter a los chicos en problemas estaría muerto ¡Kaput! ¡Enterrado! Y no solo eso, se ganaría el desprecio de el resto de sus compañeros por nada mas y nada menos que llorar.

—N-no— Alcanzo a decir el bicolor —Es por un asunto personal.

El castaño agradeció al cielo, estaba a salvo por esta vez.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora