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Un capítulo bastante pequeño. La escuela me ha estado consumiendo :c

La fiesta había decaído; no obstante, los jóvenes con las mas fuertes ganas de embriagarse permanecían de pie.
Poco a poco los muchachos se iban retirando, quienes no lo hacían eran aquellos que carecían del suficiente equilibrio para dar algunos pasos. Stuart era uno de ellos.

Una motocicleta llegó al lugar, trayendo sobre sí a un rubio considerablemente alto, ese era Aren. Luego de retirarse el casco y sacudir su alborotada cabellera puso un pie sobre la acera, aseguró la moto, tomó las llaves y marcó al teléfono de su novio.

《No disponible》. Sonó el audio pregrabado. El teléfono de Sutcliffe se había apagado.

-Damn.- Maldijo.

Ciertamente, a él no le gustaba convivir con la gente, aún mas si eran extraños; sin embargo, tendría que entrar a esa casa y de ese modo buscar al de pecas. Aren caminó hasta la entrada, esquivando los cuerpos de jóvenes intoxicados echados a medio patio. Resultaba sorprendente que la policía no hubiera llegado a esa fiesta.

-Disculpa.- Dijo en cuanto observó a alguien de pie. -¿Has visto a Stuart Sutcliffe?

Aquel muchacho lo recorrió de pies a cabeza antes de contestar, solo para soltar una sonora carcajada.

-Eres gigante, hermano.- Exclamo entre risas.

Oh Genial, esta drogado》. Pensó el rubio.

-Provecho, idiota.- Respondió malhumorado.

Él se adentró a la presunta casa, donde se supondría que tendría que estar Stuart. Al momento de entrar sus fosas nasales fueron golpeadas con el característico aroma de la marihuana, ciertamente aquel olor no era su preferido y la prisa por encontrar a su novio había crecido un poco mas.

-¿Aren?- Dijo alguien. -¿Ese eres tú?

Una muchacha de cabello negro y maquillaje del mismo color fue quien lo detuvo. Él la miró de pies a cabeza, más no logró reconocerla.

-¿Disculpa?

-Oh Sí. Me llamo Maureen.- Saludó, pero Aren no le respondió y tan solo alzó una ceja indicándole que prosiguiera. -¿Tú eres el novio de Stuart? Él se la pasó diciendo que su novio es muy alto.

El rubio recorrió sus dientes con ayuda de la lengua, esto le ayudaba a no sonreír.

-Soy yo.- Contestó. -¿Sabés dónde esta?

-Por acá, en la sala.

Inmediatamente siguió a la chica, ya mentalizado por encontrarse al de pecas en un estado tal que le impidiera cordura.
En eso lo vio, Stuart se encontraba sentado en medio de un gran sofá anaranjado, el chico echaba la cabeza para atrás ya que dormitaba y su par, abría la boca muy ligeramente.

Aren se colocó de cuclillas frente suyo y gentilmente meneó su hombro.

-Despierta, Stu.- Le dijo.

-Mmh John, lárgate.- Gruñó exhausto. -Déjame dormir.

-¿John?- Repitió Aren. -Que grosero de tu parte, elfo.

Aquel apodo lo alertó al momento. Con pesadez abrió los ojos y al verlo frente suyo sonrió torpemente, acción a la que Aren no se resistió y le devolvió una graciosa sonrisa.

-Viniste, Ar.- Musitó medio dormido. -Pensé que te habías molestado.

-¿Por qué iba a molestarme?

-El teléfono.- Murmuró. -Lo perdí, creo.

-Pues ese es problema tuyo.

Aren analizó el estado en el que se encontraba su novio, esa era la primera vez que lo miraba así de ebrio y claramente, él tendría que estar muy enamorado o Stuart debía ser demasiado lindo como para su intoxicación etílica le resultara adorable.

-¿Has vomitado, elfo?

Sutcliffe negó, aquello no era de ayuda, ya que ningún taxista subiría al muchacho y en tal estado no podría llevárselo en moto.

-Vamos a que lo hagas.- Con sus fuertes brazos intentó alzarlo, más los reproches de Stuart lo harían retroceder.

-No, no me abraces.- Bufó. -Yo puedo solo.

-Te ayudaría a llegar caminando, pero yo soy muy alto y tu muy bajito, no creo que puedas apoyarte en mi hombro.

-Patrañas, patrañas.- Refunfuñó. -Voy a levantarme.

Y Stuart cumplió su cometido, entre vacilantes pasos logró ponerse de pie, pero ni siquiera pudo dar el primer paso; al momento de querer impulsarse se fue cayendo de cabeza. Por suerte, su atento novio logró detenerlo antes de caer de lleno al suelo y de este modo lo trepó en sus brazos.

-Te llevaré a vomitar abrazado como una princesa ¿Qué dices, elfo?

-No soy un princesa.- Murmuró, mientras se iba acurrucando sobre su pecho.

-¿Sabés dónde esta el baño?- Preguntó Aren a Mau.

-Es la tercera puerta al fondo.- Respondería ella.

A lo poco llegó ahí, topándose, como sería de esperarse, un habitación algo sucia. El piso estaba lleno de huellas y algún ebrio habría tirado parte del lavabo.
Estos eran indicios de una buena fiesta.

-Despierta, ratón.- Dijo mientras lo sacudía. -Ya llegamos.

-¿Quieres que vomite?- Balbuceó con dificultad.

-Si tienes náuseas.

-Tengo muchas.

-Entonces hazlo.

Con cuidado lo fue dejando en el suelo y Stuart, tendido algo de conciencia sobre que debía hacer, inmediatamente se aferró al inodoro.
Entonces comenzó a dar arcadas, más no eran acompañadas de vómito. Sonidos guturales llenaban la habitación, pero de su boca no salía nada y tan solo lograba un irritante picor en su garganta.

-Olvidé como vomitar.- Gimoteó el chico. -Quiero hacerlo y no puedo.

-Métete un dedo y vomita.

Stuart permaneció callado, como en alguna dimensión creada por el alcohol; no obstante, al final contestó:

-Hazme el amor, Aren.

Para el rubio fue inevitable no soltar una gran carcajada; vaya gracia le había sacado el de pecas.

-Métete el dedo en la boca, elfo. No en ningún otro lugar.

-Tengo ganas.- Respondió sin darle importancia. -Es lo que me pasa cuando tomó vodka, házmelo por favor.

Sonriente, Aren preguntó.

-¿Ahora? ¿En este baño?

-Aham- Balbuceó a modo de afirmación.

-¿Tanto lo quieres, ratón?

-Mucho.- Respondió. Al parecer, sus mejillas sonrosadas no solo eran producto del mero alcohol.

Aren tomó lugar en el piso, quedando justo al lado de Sutcliffe. Con los dedos recorrió la cabellera del muchacho, al mismo tiempo que retiraba mechones que se habían pegado en su frente.

-Lamento decirte que, por el momento, lo mas que te quitaría la ropa sería para darte una ducha de agua helada.

El de pecas bufó enfadado.

-¿Por qué?

-Porque estas ebrio, amor. Bastante, bastante ebrio.

-Estoy caliente.

El mas alto rió.

-Sí, ya lo noté.

Stuart se quedó berreando, entre suspiro y suspiro se colaba la muestra de su insatisfacción, obviamente causada por el rubio.

-Te doy un beso.- Negoció. -¿Lo quieres?

Y cuando Stuart alzó su cabeza, pareciendo que aceptaría el trato, repentinamente se dio la vuelta y vomitó dentro del inodoro.
El pobre parecía no poder detenerse.

-Sácalo todo.- Musitó Aren, quien acariciaba su espalda. -Vomita todo.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora