53 "Legado I"

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23 de Marzo. 1997

A las personas nos encanta la precisión , lo concreto, ni siquiera el hombre mas vago se salva de esto. Los conceptos abstractos tenemos que visualizarlos, un ejemplo serían los números. De niños contamos con los dedos y luego les damos un símbolo. Subiendo de nivel, si piensas en dinero, probablemente no habrá números, tal vez billetes, fichas, caras, colores, etc... pero no números, porque simple y sencillamente, el dinero y los números no son lo mismo.
Como dije, todo debe visualizarse y como si no fuera suficiente, también encontramos patrones o formamos grupos.

Cuando alguien ha vivido tanto tiempo como yo, es cuando se pregunta ¿Qué es lo que soy? Te vuelves abstracto de cierto modo, las fechas especiales carecen de significado y los días pasan en un parpadeo. Ya no hay sorpresas, las alegrías de la vida se las llevó el ocaso hace bastante tiempo y arrebatándome ese pequeño rastro de humanidad, tampoco puedo esperar mi muerte.
No hay nada. No soy nadie. Tal vez ya no soy humano.

Me recuerdo al lado de mi hermano y a su vez, trato de olvidar aquel día donde nos castigaron por un pecado ajeno. Suena egoísta el decir que yo me llevé la peor parte; sin embargo, así fue y no acabó de aceptarlo. Lo he intentado siglos, pero no puedo, no lo aceptaré y si morir de amargura es la última salida, entonces tendré que intentarlo.

Debo de morir, no me voy a resignar a la asquerosa inmortalidad.

Me he escondido en esta triste mansión, porque si algo acepte, es que ya no soy parte de éste mundo. Mis sentimientos son un peligro, acabé con la gente que me amó y vivir maldito solo me recuerda mi atroz pasado; pasado tan vivido que me impide dormir por las noches, aunque para mi mala suerte, la falta de sueño tampoco me mata.

*Garabatos*

Me llevé una gran sorpresa esta mañana al ser levantado por gritos. Primero pensé que se trataba de la extraña pareja interesada en comprar la mansión, pero no eran ellos, se trataba de alguien muchísimo peor.
Einar Wodenson estaba ahí parado golpeando frenéticamente la entrada  y no siendo suficiente, parecía traer su característico mal genio. Actitud Wodenson la llamo yo.

Lo primero que hice fue buscar con la mirada a sus hijos, Hakoon y Jensen, tal vez intentaban cazarme como solían hacer todos los veranos. Al cabo de un rato me pecarte de la ausencia de ambos muchachos, solamente había un hombre en mi puerta. Einar debía de ser bastante estúpido si creía que caería en su obvia trampa ¿Qué pensaba? ¿Qué me entregaría a la tortura por las buenas?
Ignoré al hombre por demasiado tiempo. Vaya terco. Estuvo tres horas llamando a la entrada.

Llegado el medio día se dio por vencido, sacó un papel y pluma de su pantalón, escribió un poco y luego lanzó el papel por la ranura de la puerta.

—¡Se que estas aquí, Váli!— Gritó antes de irse.

Impulsado por la curiosidad baje hasta el último piso, cambié mi forma animal por la humana y tomé el extraño papel.

"Necesito hablar contigo. No te haré ningún daño". Decía aquella nota.

Me enojé tanto que rompí el papel a la mitad. Sentía que Einar se burlaba de mi y de todo lo que él y su familia me habían hecho durante siglos. Eran personas locas, sedientas de una indescriptible, inexplicable e inamovible venganza. Ellos —Los Wodenson— se autonombran cazadores, aunque la palabra más acordé sería verdugos. Saben que no muero y eso no los detiene, quieren hacerme sufrir, quieren que pagué una deuda ya pagada. Una deuda inmerecida.

Son como sabuesos, solamente obedecen a su amo y a él le otorgan la verdad absoluta.

26 de Marzo. 1997

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora