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Fue allí que el joven Lennon alzo la vista...

Oh Mierda— Exclamó al ver aquello.

Era horroroso.

John apretó y talló muy bien sus ojos, y por un momento, por un pequeño momento pensó que había olvidado de ponerse sus lentes de contacto. Pero no, la imagen que el castaño tenía era nítida, distinguible ante el ojo de cualquiera.
Entonces creyó que tal vez estaba soñando por lo que rápidamente le echó un vistazo a su mano; De esta manera se aseguraba de que estaba en la realidad, ya que al soñar John nunca podía ver sus manos con claridad, algunas veces estaban borrosas y otras tenían dedos de más.

Sin embargo, la mano permaneció normal, quieta y con cinco dedos. Esto no era un maldito sueño.

"¿Qué es lo que vio?" Me preguntarán. Sorprendentemente aquello que se asomaba por el pasadizo y clavaba su vista en John, era un lobo, aunque no cualquier lobo, no, para nada. Y es que John ya había visto lobos antes, él mismo sabía muy bien que generalmente la gente que cree que se topó con un lobo gigantesco esta equivocada, ya que se suele creer que estos caninos son del tamaño de un perro como Maxwell, cuando en realidad son hasta dos veces mas grandes que un pastor alemán. El promedio de peso de los lobos ronda hasta 70 kilogramos, son mucho mas pesados que la mayoría de los perros y mas macizos de cuerpo.

El caso era el siguiente, este lobo era del tamaño de un  potro, su pelaje se trataba de un color negro azabache tan oscuro que seguramente de noche se perdería con el horizonte del cielo y sus ojos, oh sus ojos, eso era lo que mas resaltaba, aquellos ojos penetrantes eran de color amarillo intenso y una especie de brillo parecía emanar de ellos.

Severo y también austero, aquel animal parecía estar muy confiado en ese pasillo, como si esta casa le perteneciera y John tan solo fuera un invitado indeseado, esa clase de inquilinos que esperas que se larguen pronto, por lo que los miras con impetú en un vago intento de ofrecer una indirecta que dice: "Ya pásate mucho tiempo en ni casa. Ahora vete".

No sería preciso decir que el joven Lennon estaba asustado, ¿Asombrado? Obviamente lo estaba, pero asustado no. Tan solo era un animal —Enorme— que estaba desde el otro lado de una fuerte reja, la pregunta aquí era ¿como rayos se había metido?, eso significaría que los pasadizos si tenían una salida al exterior y también querría decir que esa salida no había sido cubierta; Por lo qué, haciendo memoria, muy probablemente él, Stuart, George y Thomas pudieron haber estado encerrados junto a esa cosa. El estómago de John se revolvió al pensar aquello.

—Pa-Papá— Tartamudeó John en voz baja —¡Papá!— Alcanzó a gritar.

John se levantó como pudo y comenzó a correr. El castaño tan solo quería mostrarle su descubrimiento a su padre, y algo grato salió de todo esto, pues por primera vez luego de mucho tiempo John recordó con dulzura la infancia al lado de Alfred, recordó esa época en la que de niño le informaba de cada nuevo hallazgo a su padre y juntos miraban con asombro el capullo que había formado una mariposa, esa época donde todo es nuevo y nada es imposible...

—¡Papá!— Volvió a exclamar una vez que el muchacho iba llegando a la habitación de Alfred.

John ni siquiera pidió permiso para pasar, tan solo empujó la puerta y se hizo camino. Al entrar lo primero que el jóven miró fue a su padre acostado boca abajo en medio de una gran cama poseedora de sabanas de seda negras, cama a la cual el castaño brincó inmediatamente.

—Levántate, papá— Dijo a la par que sacudía su hombro.

Mhmm— Refunfuñó el padre —¿Qué quieres?

—¡Hay un animal arriba!— Informó John.

—Es un bosque, en algún momento se iba a meter un animal— Bufó enfadado.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora