𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í ●●McLennon●●

14

De repente, alguien lo tomó por sorpresa:

—¿Estas bien?—  Inquirió una voz grave
—¿Puedo ayudarte en algo, niño?

Paul alzó la vista, a la par que con sus muñecas limpiaba sus humedecidas mejillas.

La persona que el pelinegro tenía enfrente era a un hombre de aproximadamente treinta años de edad: Tenía la nariz bastante pronunciada y era poseedor de unos ojos tan azules, que seguramente, de no tener esa gran nariz serían lo mas llamativo de su rostro.

—¿Te lastimaron?— Le preguntó mientras veía a los guardias del Striptease.

Paul no contestó, tan solo decidió clavar su vista en el suelo

El ojiazul había visto como Paul salió corriendo del local, tan solo para luego mirar desorientado hacia la calle y finalmente echarse a llorar.

—Me llamo Richard— Comentó, intentando ganarse su confianza —Aunque todos me llaman Ringo. ¿Cuál es tu nombre?

Y viendo aquellos enternecedores ojos, el pelinegro se dedicó a contestar.

—Paul— Respondió.

En cualquier otra ocasión, Richard hubiera ignorado a toda persona que saliera del striptease, sin embargo, algo le decía que este muchacho, que Paul, era diferente a quienes frecuentaban el lugar. Tal vez sería esa especie de aura blanca que parecía emanar de él, demasiado pulcra como para ser de un muchacho malicioso .

Entonces, el ojizarco intentó tocar el hombro del hazel.

—¡No le toques!— Exclamó al instante —No me gusta que me toquen.

—Esta bien. No lo haré— Musitó Richard, solo para luego esconder sus manos dentro de los bolsillos de su gabardina negra —¿Ves? No voy a tocarte.

Nuevamente, silencio; Paul seguía esperando a que aquel extraño lo dejara tranquilo, cosa que no quería suceder.

—¿Quieres que te preste mi teléfono?— Interrogó.

El pelinegro negó.

—Anda, dime algo, niño.

En ese momento, Paul comenzó a sentir que su boca se iba secando, dejándole una sensación poco gratificante; como si su lengua se partiera y no solo eso, pues el azabache sabía que estar deshidratado lo estresaba, siendo que ahora no podía darse ese lujo.

—Quiero agua— Murmuró —Quiero agua, por favor.

—Bien— Dijo Ringo —¿Ves ese lugar?— Apuntó a una licorería enfrente de la calle —Allí trabajo yo. Levántate y te daré agua.

Y aunque dudoso, pero también bastante sediento, el azabache se levantó.

***

Sentado sobre un gran banco frente a una mesa de madera, Paul esperaba a Richard; mismo que había entrado a aquella licorería  —La cual también era una casa— para servirle un vaso con agua bien helada.

Por su lado, el pelinegro se dedicaba a observar con sumo detalle su alrededor. Todo dentro del este local parecía ya ser algo viejo, sin embargo, muy bien cuidado. Cerca suyo yacía un teléfono fijo y a un par de metros se encontraba la salida.

—Hola, Paul— Saludó Richard, a la par que cargaba un vaso de vidrio entre sus manos
—Te traje agua.

El ojizarco colocó el vaso sobre la mesa y justo en ese instante, el hazel lo tomó entre sus manos para proceder a empinarse la bebida sobre la boca, y es que Paul bebía demasiado rápido, como si cuidará que nadie le quitara el agua de entre sus labios.