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La canción tiene versiones con voces mas gruesas, para gustos y colores.

John acababa de estacionar el auto enfrente de un local bastante particular; De este lugar emanaban diversas luces de colores, las cuales contrastaban con el cielo que comenzaba a tornarse oscuro.

-Okay, Paul- Dijo el castaño -Te voy a dar reglas y las debes de obedecer ¿Entendido?

El pelinegro asintió atento desde el asiento del copiloto, sin dejar se ver a John por un segundo.

-Mira, al lugar dónde te voy a llevar habrá muchas personas y estas personas van a tocarte e incluso tal vez te sientas agobiado los primeros minutos.

-¿Y porqué quisiera estar yo en un lugar como ese? - Interrumpió el azabache.

-Porque te va a gustar- Contestó -Tú no podras tocar a nadie y Paul, si te sientes amenazado prométeme que no vas a atacar ¿Okay?

Paul no respondió, puesto que él no comprendía porque no debía atacar a alguien que le hiciera daño.

-A ver- Prosiguió el joven Lennon -Si alguien te esta molestando o hace algo que no te guste debes de decirme y yo te ayudaré, o en todo caso, te voy a explicar que hacer. ¿Harás lo que te digo?

El de ojos hazel -no muy convencido- asintió nuevamente.

-Pero tú también debes de prometerme algo.

-¿Qué cosa?

-No me dejes solo. No me gusta estar solo.

John suspiró.

-Te lo prometo, Paulie.

-Entonces haré lo que me dices.

-Muy bien- Musitó John -Ahora fuera del auto.

Con la cabeza -Y por ahora- el ego bien en alto, John bajó del vehículo; acarició su cabellera marrón llevando algunos mechones hacía atras y sonrió heroicamente. Justo por detras, Paul le iba siguiendo; caminando notablemente cohibido e intentando imitar los pasos de castaño.

El pelinegro aborrecía la ropa que llevaba puesta, de hecho, aborrecía la ropa en general: En estos momentos traía un pans negro bastante suelto y sobre este, una camisa gris con el logo de nike en medio. La ropa deportiva había sido la única que Paul podía soportar, puesto que, ni siquiera con pantalones de mezclilla llegaba a estar comodo.
La sensación que le traía llevar ropa encima era, ciertamente, deseperante, se sentía atrapado y sofocado, sobre todo en la parte íntima.

Era verdad, Paul caminaba muy chistoso si se le ponía la debida atención.

Volviendo al tema: John anduvo hasta detenerse enfrente de dos hombres bastante grandes, un par de matones con cicatrices por toda la cara.

-Ambos vamos a entrar- Advirtió Lennon.

Aquel par de matones tomó a los muchachos por la cintura, y comenzaron a urgalos de pies a cabeza.

John no puso objeción alguna, mientras que el azabache cerró los ojos y se clavó sobre el piso, en un vago intento de no sobresaltarse ante aquellos bruscos toqueteos.

-Pueden pasar- Dijo un matón.

-Gracias- Respondió John.

Y apenas Paul llevó uno de sus pies dentro del lugar, fue cegado por una rafaga de luces intermitentes que no dejaban de golpearle el rostro, además de que un montón de música electrónica aturdía sus sensibles oidos. Al instante se quedó inerte, a la vez que se cubría el rostro con ambas manos. El castaño, por su parte, caminó al rededor de dos metros antes de darse cuenta de la ausencia de su amigo.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora