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En el Manantial de Mímir se resguarda la inteligencia y sabiduría, la única manera de que Odín/Woden  se le permitiría beber de su agua sería arrancandose un ojo de la cara, y así lo hizo. De ahí la expresión, "Me costó un ojo de la cara".

Encontrar a Paul llorando fue una sorpresa para todos.  Su nariz hinchada, así como sus labios, únicamente delataban que había estado berreando un largo rato. Por supuesto que John se alarmó al ver el estado de su novio, mientras que el pelinegro, apenas distinguirlo, empujó al chico entre lamentos.

-¡No te me acerques!- Bramó -¡Aléjate!

John se desorientó unos instantes, y hasta que al ver que For Váli no estaba donde lo había colocado, comprendió lo sucedido. Paul había leído el diario y lastimosamente, entendió que lo había llevado a transformarse abruptamente; entendió que era un peligro, no solo para John, sino que para sus seres queridos; y entendió que debía alejarse; pero por mas que intentaba entender, no entendió por qué todo esto le ocurría a él.

-Paul, cálmate. Inténtalo, por favor. Ya veremos como arreglarlo.

Collins, los doctores, y hasta la policía contemplaban este acto,  haciendo sus propias conjeturas.

El psicólogo abandonó el umbral para acercarse a Paul, pues este sufría un ataque de pánico y podría hacerse daño.

-¡Váyanse todos, no quiero ver a nadie!- Dijo, mientras se incorporaba a una posición fetal. -Quiero estar solo. 

Física como mentalmente intentaba reprimirse, cosa que mostraba inconscientemente con la posición que había decidido adquirir. Se escondía de él y de todos.      

-Paul, óyeme. Soy Collins.

-¡Usted también lárguese!- Exclamó. -¡Lárguese y llévese a John con usted!

Paul resistía los impulsos que tenía de gritar a pulmones llenos, y para esto se arrancaba cabellos con una fuerza sumamente preocupante. La gente no suele ser consiente de sus propios hábitos autodestructivos, suelen ignóralos como si fuera algo normal; sin embargo, cuando  morderse las uñas pasa a arrancarse la piel de casi toda la mano, o cuando tirarse cabellos pasa a arrancarse mechones y hasta parte del cuero cabelludo, es ahí que se percatan de la gravedad que habían ignorado.

-Paul, escucha.

-¡Basta!- El muchacho comenzó a golpear su cabeza. Desmayarse sería lo único que podría darle tranquilidad en ese momento pues, en estado inconsciente, no corría el riesgo de lastimar a los demás. - ¡Déjame, John! ¡Déjenme tranquilo! 

Los doctores tuvieron que intervenir, la medicación era lo único que quedaba como opción para el estado del muchacho. Rápidamente sacaron a John de la habitación, dejándolo a la fría merced  de miradas juzgonas. Rechazo, decepción y hasta asco, así era percibido el ambiente. Ni su padre estaba exento.  

***

Cuando Aren y Daven eran adolescentes, de esos adolescentes despreocupados y rebeldes, solían escapar de la casa por un agujero en el sótano . Thomas, en su vida, había utilizado este método, pero se alegraba de conocerlo, y es que esta era la segunda vez que se escabullía.

La primera vez que entró a hurtadillas había sido para conseguir For Valí, ahora buscaba otro libro.  

Varios objetos personales del bicolor todavía permanecían en aquella casa, la casa Wodenson, todo porque en medio del caos tan solo alcanzó a llevarse un par de maletas y nada mas.      Justo ahora necesitaba  volver a su vieja habitación, porque tal vez ahí encontraría la ayuda que desesperadamente necesitaba. Su agitación,  debido a la culpa que trajeron sus acciones, era mas que evidente. Volvía a sentirse como el muchachito que todo le aterraba y es que motivos no le faltaban; corría el riesgo de encontrar a Hakoon, sumado a haber lastimado ciegamente a Stuart, ocasionaba un susto que le desbocaba el corazón. En la tremenda dualidad que podía ser su mente , otra parte de él hasta se tornaba orgullosa y con presunción; quería reír de poder y volverse a embriagar de venenoso ego, más Thomas luchaba por mantener  la sobriedad que apenas tenía.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora