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Thomas 1.88 m

¿Han notado que en gran parte de capítulos hay letras de canciones "ocultas"?

Los colmillos del lobo rasgaron sus mejillas, y como si hubiera aceptado la trágica inminencia, con total devoción, John dijo:

—Espero volver a verte, amor mío.

El animal apretó su cara y tiró hacia arriba, pero repentinamente un estruendo, que fue seguido de un chillido, provocó que John fuera liberado. Las manos del castaño tomaron dirección a las heridas sobre su rostro, buscando disminuir el ardor generado en estas; e inmediatamente, alzó la mirada para ver que estaba pasando.
Una figura humana apareció a la distancia, era la silueta de un hombre. El lobo pareció olvidarse de John, ahora su interés y coraje se habían dirigido a quien, aparentemente, le había disparado.

Otra detonación retumbó al rededor, solo para que una bala terminara impactado el hombro del lobo. Solo entonces aquella figura pudo ser distinguida y anonadado, John enmudeció. Ese era Thomas.

El joven Lennon sabía muy bien sobre el rol que Thomas Wodenson había adquirido respecto a Paul, o por lo menos tenía una idea, y ciertamente, aquello se volvía aún mas asombroso al ponerlo en perspectiva.
Sí, Paul había sufrido una metamorfosis y Thomas no se quedó atrás.
Físicamente y psicológicamente era otro hombre. Ya no parecía haber rastro del larguirucho y escuálido muchachito de actitud pusilánime; en cambio, un hombre alto, macizo y bien construido, con un comportamiento sumamente esquivo, era quien tenía presencia.

John observaba dos desconocidos confrontarse.

—¡Vete, Lennon!— Ordenó el bicolor, sin siquiera verle a los ojos.

—T-Tom...— Dijo boquiabierto.

El lobo mostró sus blanquecinos colmillos y erizó  notoriamente el pelaje encima de su lomo. Allí fue cuando aulló, y lo vellos en los brazos del castaño también se levantaron.
Thomas era algo alto, claro, pero ese lobo alcanzaba el tamaño de una mula; un ataque de ese can, seguramente, resultaría fulminante.

—¡Thomas, espera!— Exclamó Lennon.

Su grito fue ignorado por hombre y bestia, ya que, como si se tratara de una corneta de batalla, en ese instante el animal se disparó iracundo contra el bicolor.
John, todavía aturdido, en vez de correr agachó su cabeza y también cubrió sus ojos para evitar contemplar una carnicería.

Por supuesto,Thomas era un prodigio o algo así, ¿Pero, enfrentar a ese monstruo? Él era un solo hombre contra una bestia tres veces su tamaño. Bestia que, de piel correosa, ni siquiera sufría un daño considerable por las balas. Tom tendría que estar loco si creía que...

Un penetrante alarido lo hizo abrir sus ojos, pues el llanto, obviamente, no fue causado por un humano.

—¡Paul!

John gritó al ver, atónito, que Thomas sujetaba al lobo: su mano derecha apretaba la oreja del can y la mano izquierda agarraba parte del cuello. Aún así, y partiendo cualquier lógica, el lobo sucumbía ante el agarre del muchacho.

—¡¿Qué haces, Tom?!— Interrogó el castaño, que se llegaba a su lado.

El animal chillaba, más no lograba apartarse. Los ojos de Thomas estaban inyectados en sangre y las remarcadas venas en sus brazos hacían parecer que, de alguna manera, transmitía un mal indescriptible a Paul. No pasó mucho para que los ojos del lobo también se vieran enrojecidos por el cúmulo de sangre que llegaba a ellos. Era como si pequeños vasos del líquido rojo estallaran en su interior.

—¡Déjalo ya!— Pedía desesperado, y entre empujones —¡Lo vas a dañar mas!

—Apártate, Lennon.— Gruñó sin inmutarse.—¿Acaso no ves que te protejo?

—¡No, no lo haces!— Respondió alebrestado. —¡El libro decía que se puede decidir! ¡Tú eliges si tan solo lo frenas o lo lastimas mas de la cuenta!

—No sabes de que hablas...— Murmuró sin abandonar la tarea. El lobo continuaba chillando de sufrimiento.

—¡Lo sé, Thomas!— Exclamó, mientras golpeaba las manos del bicolor, esto con la esperanza de lograr liberar a Paul.  —¡Sé que la tarea de los Wodenson es hacerlo sufrir, pero él no es culpable!

—¡Y tampoco inofensivo!— Ya enojado, con una fuerte coz, Tom logró tumbar a John al piso. —¡Déjame cumplir mi deber!

—¡Suéltalo, imbécil!— Espetó el castaño, quien arremetía contra las piernas del bicolor. —¡Es suficiente, ya no me hará daño! ¡Idiota! ¡Suéltalo!

Todo intento resultaba inútil. Thomas parecía un hombre de piedra, incluso daba la impresión de ser completa y totalmente inamovible. ¿Sería esta la herencia divina que corría por sus venas? Más John no se daría por vencido, por lo menos recurriría a su ultimo recurso: piedad.

El castaño abrazó las piernas del bicolor, aferrado con suma fuerza.

—No seas ingrato, Tom. Nada ganas con dañarle. Si quieres hazme lo mismo, pero ya déjalo, ¡Por lo que mas quieras. Llévame a mi por delante!— Imploró entre lágrimas. —¡Tenle compasión, te lo suplico!

Aquellas palabras, sumamente abrumadas y  demostradoras de su afecto, parecieron  llegarle al alma y ya no quiso dañarlo. Apenado, quizá retomando su lado mas humano, Thomas soltó al lobo, que inmediatamente cayó desplomado sobre el suelo.

—¡Oh Paul!— John acunó el hocico del animal entre sus manos, luego le plantó un besito en la frente. —¿Estas bien, Paul?

Sus ojos se cruzaron por algunos instantes y Lennon pudo ver que la humanidad había regresado a los orbes del can. Finalmente, Paul cerró los ojos dándose por vencido, necesitaba dormir y recobrar fuerzas.
John se echó a llorar sin consuelo alguno; después de todo, luego de haber visto la muerte de cerca, parecía dolerle mas el estado en el que Paul se encontraba.

—Ya tranquilo, todo estará bien.— Musitaba por debajo. —Ya verás.

Thomas miró el pecho del lobo, el cuál tenía un vaivén continuo. Afortunadamente, por lo menos en esta ocasión, no había logrado dañarlo al punto de aparentar la muerte.

—Será mejor que vayas abandonado ese cariño que le tienes.— Advirtió Tom. —No será bueno para ninguno.

—Veremos la forma de solucionar esto. Tiene que haber una explicación.

Con cierta incredulidad y un tono mordaz, el bicolor Interrogó:

—¿Qué, todavía no lo has entendido? Dijiste que leíste el libro.

Lennon lo observó desubicado.

—By Váli. Ambos lo leímos.— Respondió entristecido. —Tu abuelo y Váli hicieron algo muy cruel.

《¿By Váli?》 Se preguntó Thomas. Atando cabos, el bicolor entendió que aquel libro podría tratarse de una continuación, pues los escritos que él había leído hablaban de algo totalmente diferente.
Rápidamente sacó una especie de cuaderno que había guardado en el bolsillo interior de su chaqueta y por ultimo, tiro éste al suelo.

"For Váli" Fue lo que John leyó sobre la pasta.

—Paul tiene varias maldiciones.— Expuso Thomas. —Él no puede morir y cual Prometeo, ese será su castigo. Tampoco es fértil, no tendrá descendencia. Luego esta esto...

—¿Qué?— Cuestionó al momento.

—Cuando Loki asesinó a mi hermano, Baldr, Woden, mi padre, decidió como justo un castigo que fuera similar. Baldr era su hijo mas amado ¿Entiendes a que me refiero?—  Confundido, Lennon negó con la cabeza. —John, tú no puedes encontrarle una solución a esto, ¿Y ye digo por qué? ¡Porque tu eres el problema! Tú eres la persona  a la que Paul mas ama.

—N-no entiendo.— Contestó. —¿Hizo esto porque me ama?

Thomas asintió pausadamente.

—Tarde o temprano, Paul intentará asesinarte.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora