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En eso, y sin previó aviso, el jóven sintió un peso extra posarse cerca de su cabeza.

En ese momento John abrió los ojos y lo que encontró era aun mas sorprendente. Ya no había ningún lobo negro...

En cambio, un muchachito, de aproximadamente su misma edad era lo que el castaño podía apreciar. A primera instancia —Y dejando de lado la hiperrealista situación— John pudo visualizar a un joven poseedor de una belleza sublime, sus ojos grandes y caprichosos eran de un color fuera de lo común, tal vez verdes, tal vez color avellana: Además de que una cabellera tan oscura como el ébano e igual de brillante a la luna enmarcaban su rostro a la perfección. Sin duda alguna este muchacho era un Adonis o un Narciso, tan hermoso que hasta él mismo se podría perder en su propia belleza.

Estupefacto, John clavaba su vista en el chico pelinegro, quien no hacía otra cosa mas que imitar al castaño. Ambos yacían recargados en el pecho del lobo bicolor, que lamentablemente ya comenzaba a enfriarse a causa de su muerte.

El joven Lennon no parecía entender a donde se había largado el lobo que lo secuestro, aquel can de cabello negro.

《¡¿Qué carajo?!》 Pensó John.

El chico sintió como sus pupilas se iban dilatando, en un choque de adrenalina tal que al instante John pegó un brinco y alzó la cabeza para analizar con mas detalle al muchacho que tenía frente. De mismo modo, el pelinegro se hizo hacía atras y con un semblante de confusión no despegaba su vista del castaño.

John pudo percatarse de que el chico extraño no llevaba ropa; Se encontraba expuesto, dejando a la intemperie su intimidad. Otra cosa curiosa era que la piel del joven estaba cubierta por una ligera capa de tierra, como si se hubiera arrastrado por un agujero en el suelo...

—¿Donde esta el lobo?— Preguntó John.

El muchacho no contestó, tan solo arrugó su pequeña nariz en un gesto de molestia.

—¡Ey!, contesta— Dijo el castaño.

Nuevamente, de la boca del pelinegro no salió ni una palabra, de hecho, gruñó. Así es, el chico de ojos hazel le lanzó un gruñido a John, como si de un animal se tratase.

Todo era ilógico, ya que si sacábamos cuentas en alrededor de estas dos ultimas horas habían sucedido cosas tan extrañas dignas de una película de terror o incluso de una sátira.

Oh Dios, voy a vomitar— Exclamó —¡Esto debe ser un puto sueño!

No era broma, John se dio media vuelta para que entre sonidos guturales y arcadas saliera toda la comida que había consumido.

De repente, el joven Lennon recibió una palmadita en la espalda. Se trataba del pelinegro que lo miraba sumamente molesto.

—¡Quítate!— Espetó John —No me toques.

—¡No!— Exclamó el de cabello a negro a la par que negaba. Acción que tomó por sorpresa a nuestro protagonista.

Entonces, el joven azabache tomó a John por la cintura y tiró de él, de forma que alejaba al castaño del difunto lobo bicolor.

—No— Volvió a repetir el pelinegro.

El pecho de John subía y bajaba con violencia, porque si bien, ya no se sentía en tanto peligro seguía pensando que estaba totalmente acorralado. Él no tenía ni la mas mínima idea de como salir de aquel lugar, obviamente sabía que podía irse por donde llegó, pero de perderse en los pasadizos le resultaba aterrador ¿Y si había otras bestias? ¡¿Y si el muchacho pelinegro tomaba la decisión de comerlo?!

Tanta era la preocupación del castaño que ni siquiera se percató de que el otro jóven había comenzado a llorar, el pobre sollozaba de una forma tan dolida que su cara estaba tan roja como una manzana; y es que el muchacho ni siquiera lloraba en voz alta, lo hacía de tal forma que con sus manos tapaba su boca y limpiaba sus ojitos.

John sintió su corazón estrujarse. El pelinegro estaba sufriendo, la pregunta aquí era la siguiente ¿Qué debía hacer?
Después de todo, este chico no era totalmente humano, aunque parecía sufrir igual que uno. Por otro lado al poco entender de John este muchacho llevaba viviendo toda su vida como un animal, apenas sabía hablar y no llevaba ropa puesta ¿Sería correcto sacarlo de su zona de confort?

—Oye, oye, él va a estar bien — Consoló Lennon.

Sin embargo, el joven de cabellera negra no terminó con su llanto. Entonces, en un gesto de empatía, John intentó dar unas palmaditas en el hombro del muchacho, ocasionando que el chico se pusiera a la defensiva. El azabache detuvo la mano de John con la suya, apretando tan fuerte que comenzaba a dolerle al castaño.

—Para, me lastimas— Le dijo.

Lennon intentaba ejercer presión para librarse del agarre, cosa que le resultó imposible ya que una fuerza descomunal era descargada, a tal punto que John pensó que le romperían la mano.

—¡Basta!— Gritó.

Fue ignorado.

En un acto de valentía, John tomó con su mano libre una piedra que tenía cerca suyo, la empuñó muy bien y sin previó aviso "Traz" Golpeo la cabeza del chico.

—Aggh— Masculló el pelinegro a la par que sobaba su cabeza.

Para el asombro de John, no logró desmayar al muchacho, a pesar de haberlo golpeado con todas sus fuerzas.

—Pe-Perdón— Tartamudeó el castaño —Me lastimabas. No quería atacarte y...

El joven de cabello chocolate fue interrumpido, ya que al instante recibió un severo zarpazo en el rostro.

Comenzaron a pelear, el azabache había deformado ligeramente su rostro, sacando sus garras y mostraba unos largos colmillos. Tirados en el suelo aquellos dos no se golpeban, se la pasaban forcejeando e intentando mantener al otro controlado. Como es natural, el pelinegro iba ganándole a John, es más, el propio castaño sentía que el muchacho ni siquiera utilizaba una buena parte de su fuerza. En eso, la linterna del joven Lennon se iluminó.

《¿Y si esta jugando con la cena?》 El  muchacho era consciente de que algunos animales jugaban con la comida para mas adelante poder comerla fresca, recién asesinada.

Asustado y temeroso de su vida, John agarró la mayor cantidad de tierra posible y la lanzó a los ojos del azabache, quien al momento empezó a tallar sus cuencas. No se hizo esperar para que John empuñara una roca nuevamente y con ella arremetió en repetidas ocasiones contra la cabeza del de ojos hazel. Esto hasta que estuvo seguro de que ya no se movía.

El castaño se tiró al suelo completamente exhausto, dejándose caer al lado del pelinegro. John miró el pecho del chico, encontrándose con que seguía con el vaivén característico de la respiración. Todavía estaba vivo.

John lo miro anonadado.

—¡Estas hecho de acero, cabrón!

Sin perder tiempo el joven Lennon se levantó, y sacudió su ropa. Ahora ya no le importaba perderse en los pasadizos, todo sería mejor comparado a continuar encerrado con ese monstruo.

Finalmente cuando John se encontraba a punto de irse observo con suma atención al muchachito, quien en ese estado de reposo lucia mansito, ya no parecía un lobo, mejor dicho era como un pequeño cachorrito. Dormido nadie pensaría que se trataba de ser peligroso, no, más bien era un ángel  apacible.

John fue atacado por un remordimiento de conciencia cuando pudo distinguir un manchón de sangre bajo la oscura cabellera del chico ¿Y si moría?  ¿Él era un asesino? ¡Pero si actúo en defensa propia!

De nuevo John se planteó una pregunta: ¿Ayudaría a este monstruo o lo dejaría a su suerte?

¡Jamás, esa cosa había intentado matarlo!

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora