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El sonido de la puerta abriéndose fue lo suficientemente fuerte como para despertar a Paul. Al principio, el pelinegro se desorientó, pero a lo breve recordó que había dormido en la habitación del castaño.

La persona que acababa de entrar a la habitación era el mismísimo John, quien ya llevaba ropa puesta; tratandose de unos jeans, botas militares y una camiseta tipo raglan de mangas largas color gris.

—Buenos días— Musitó el castaño al ver que Paul ya estaba despierto —Hoy dormiste mucho.

—Es que tu cama es muy cómoda— Contestó a la vez que estiraba los brazos.

El jóven Lennon caminó con dirección a Paul, para estar lo suficientemente cerca como para tocar la frente del pelinegro.

—¿Por que tenias insomnio?— Le preguntó —¿Te sientes bien? ¿Estas enfermo?

—Sí, es que no tenía ganas de dormir solo.

Uhm— Murmuró —Entiendo. ¿Seguro que no tienes nada?

Paul asintió sin poder dejar de ver los pequeñitos ojos de John, que seguramente serian mucho mas lindos a la luz del sol.

—Muy bien— Exclamó el castaño acompañado de una radiante sonrisa —En ese caso voy a pedirte que te levantes, vamos a salir.

El azabache soltó un fuerte bufido a través de la boca, con el cual apartó algunos cabellos de su frente.

—¡Ya no quiero salir!— Declaró —He tenido suficiente de los humanos por ahora.

—Tienes que levantarte, esta vez te vas a divertir— Respondió mientras empujaba el hombro de Paul.

—¡Eso dijiste la vez pasada!— Bramó molesto, solo para después esconder su rostro entre las almohadas.

—Pero ahora es diferente, hasta papá me dio permiso de sacarte— Juró el marrón.

Era cierto, Alfred había conversado con John al respecto, pues ahora que tenían permiso de los psicólogos y autoridades, no ocurriría nada malo si Paul salía a conocer un pedacito de mundo.

—No quiero— Dijo el azabache.

—No voy a manejar— Informó el castaño —Nos llevará un chófer, así que no tienes que preocuparte por que yo desaparezca...

—¿Y para que quieres salir?— Inquirió Paul, quien finalmente alzaba el rostro y apoyaba su codos contra el colchón —Estaríamos mas cómodos en esta cálida cama.

—¿Estaríamos?— Repitió John seguido de una risita —Tú estarías mas cómodo, yo ahora mismo tengo demasiada energía.

—Como sea. ¿Y si mejor salimos otro día?

—Vamos a salir hoy— Sentenció el de nariz aguileña —Iremos de compras.

—¿Y que vas a comprar?

—¿Yo? Nada— Le dijo —Tú vas a comprar ropa, ya no quiero prestarte mis cosas.

Paul frunció el ceño.

—¿Y que tengo de malo?— Murmuró con cierta molestia.

—Nada, pero sería mejor así.

En ese momento el azabache pensó en el mejor lugar para esconder la sudadera del castaño, aquella que tanto le gustaba y que por ningún motivo iba a devolver.

—Mira el lado bueno, Paulie— Animó John —Vas a conocer muchachas bonitas.

—No gracias— Se negó —Prefiero que no se repita lo del otro día.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora