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La habitación de Mary es un experimento mental que si existe, no tiene que ver con la mami de Paul. Esperó evitar confusión jeje.

Mientras que John realizaba sus tareas sobre el pequeño escritorio que poseía su habitación, hasta el otro extremo se encontraba Paul; quien, curioso, urgaba entre los anaqueles y cajones del castaño.

—Estoy aburrido— Informó Paul.

—Pues encuentra algo que hacer— Bufó John, mientras su vista seguía clavada sobre su cuaderno.

—Hay que salir, John. Vayamos al bosque— Pidió —No me gusta estar encerrado.

—No puedo sacarte de aquí ¿Entiendes?— Dijo —Llegaste hace poco y por lo menos deberíamos esperar un par de días antes de que vuelvas a tu "rutina".

Paul soltó un fuerte resoplido.

—Llevó aquí toda la vida.

—De todos modos estoy bastante ocupado.

Sin más, el chico de ojos hazel continuó curioseando entre las pertenencias del castaño.

—¿Y qué es lo que estas haciendo?— Inquirió de repente el azabache, a la par que tomaba alguna que otra figura de acción —¿Por qué es tan importante?

—Hago tarea— Respondió John.

—¿Te la dieron en la escuela?

Ahm Sí— Contestó.

Al jóven castaño le resultaba intrigante el hecho de que Paul estaba muy consciente de varios conceptos, ideas o lugares; Siendo que el pelinegro jamás había vivido fuera del bosque o la misma mansión.

—¿Y de que trata tu tarea?— Cuestiono el muchachito.

John haló un par de cabellos que yacían en su frente y dio un par de golpecitos en su nuca; es que estaba bastante estresado, pues todavía no lograba resolver varios ejercicios.

—Es calculo integral— Musitó —Odio la asignatura.

Entonces, cauteloso, Paul se acercó al joven Lennon; de tal forma en la que quedó posicionado justo detrás de él, solo para después tomar la libreta que yacía sobre el escritorio.

—Yo sí entiendo esto— Enunció gustoso
—Si quieres puedo ayudarte.

Incrédulo, John miró al pelinegro. Seguramente lo dicho tan solo era una conclusión errónea; como cuando uno aún es niño y piensa que absolutamente todos los problemas matemáticos se resuelven igual.

—No, no comprendes— Declaró John —Esto es muy complicado.

Paul frunció el ceño, y no por el hecho de haber sido llamado ignorante, sino que aborrecía que le dijeran mentiroso.

—Sí, sí comprendo— Carraspeó —Mi papá me enseñó.

El castaño alzó una ceja no muy convencido; acto que provocó la frustración de Paul, quien al instante, colocó el cuaderno abierto de par en par enfrente de John y llevó su dedo índice a una de las operaciones.

—Cuando vas a integrar por partes y tienes un polinomio de cualquier factorial/ n, lo tomamos como el arco/u y se repite el proceso n veces— Explicó —¡Y aquí has hecho un caos! No entiendo absolutamente nada de tu procedimiento.

—No me regañes!— Exclamó John —Ya se que soy un asco para esto.

—Solo déjame ayudarte— Dijo el azabache.

Antes de que John pudiera evitarlo, Paul se hizo un espacio y tomó asiento sobre sus piernas, apoyando todo su peso sobre los gruesos muslos del muchacho. Era notable que esta acción había sido realizada sin morbo alguno, aunque esto no evitaba la incomodidad de nuestro protagonista.
El pelinegro tomó el lápiz, mismo que colocó encima del papel y con suma torpeza en el pulso, comenzó a escribir.

𝔽𝕠𝕣 𝕍𝕒𝕝í   ●●McLennon●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora