Algunos shots e imaginas con los personajes de Marvel, tanto Vengadores, como X-Men; situaciones románticas, graciosas, tristes y cotidianas que les puede suceder a estos héroes
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Wanda te lo había advertido una y otra vez, pero seguiste necia a estar con él a pesar de que incluso tu propia conciencia te lanzaba alarmas de que algo en él no estaba bien.
Lo buscaste por todo el edificio hasta que diste con la sala del Registro Civil de la ciudad; ahí estaba él, enfundado en un lindo traje gris y corbata a rayas (como jamás se había vestido para ti aunque mucho le insististe) y sobre éste el abrigo negro que le habías regalado en su cumpleaños. Su cabello a la "usanza americana" como ahora lo usaba lo hacía ver aún más sexy de lo que era. A su lado, una chica con un vestido blanco y algunos invitados como testigos te dieron un golpe justo en el centro del corazón.
-Pietro... -balbuceaste -¿qué es esto? ¿Qué estás haciendo?
-¿Y tú quién eres? -dijo la chica rubia y hermosa vestida de novia, mirándote de arriba a abajo
-¡Dile quién soy, Pietro! -gritaste desesperada, presintiendo que un ataque de pánico se avecinaba en tu interior
Él, con la cabeza agachada, se burlaba en silencio de tu estado, te veía con esos ojos azulados que amabas solo para reírse de ti sin que nadie lo notara... excepto tú.
-¡Con un demonio Pietro, di algo! -ya estabas hiperventilando, era mala señal
-¡Di la verdad! -vociferó la rubia
-¡¿Quieren la verdad?! -respondió el gemelo con molestia ante la presión -yo solo quiero estar con Amy: es hermosa, es sexy, no es celosa y siempre dice que sí a todo lo que le pido -caminaba en tu dirección para escupirte todo el veneno en tu cara -es graciosa, es inteligente y tiene los mismos gustos que yo. Dime querida T/N: ¿en verdad creíste que estaría con una tipeja como tú, fea, gorda, ingenua y virgen? ¿Creíste que me convencerías solo con tus ñoños besos y tus cartitas ridículas de chiquilla de secundaria, diciéndome cuánto me amabas? ¡Qué asco!
-Entonces, ¿por qué estabas conmigo? -estabas a punto de estallar en llanto
-Apuestas querida... aposté con Parker a que te enamoraba en menos de 1 mes. ¡Los $150 dólares más rápidos y fáciles de mi vida! -rió a carcajadas
-¡Eres un monstruo! -le gritaste
-¿Ves? Ni siquiera para insultar sirves... ¡patética!
-¿Podríamos continuar con la boda? El calor hace que mi maquillaje se corra -dijo la rubia desesperada por seguir
Ambos te dieron la espalda y saliste a paso lento del recinto. Afuera, Wanda (que no había sido invitada ni siquiera por su propio hermano) te abrazó con fuerza y te llevó consigo hacia el complejo, donde pasarías la vida entera llorando la traición.
