Algunos shots e imaginas con los personajes de Marvel, tanto Vengadores, como X-Men; situaciones románticas, graciosas, tristes y cotidianas que les puede suceder a estos héroes
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Tony había estado fastidiando a Steve para que te invitara a una cita; incluso, le había escrito en un pequeño papel lo que debía decirte cuando se acercara a ti porque Rogers era tan tímido que se quedaba tartamudeando intentando decir una sola frase hasta por 5 minutos. Si había roto la barrera del miedo y el nerviosismo (aunque fuera con ayuda), merecía que saliera contigo a una cita.
-Bueno Steve, te doy la oportunidad de que seas tú quien escoja el lugar a donde iremos -comentaste con una sonrisa
-Ehhmm, bueno... -se mecía los cabellos pensando
-No te presiones, donde elijas, sé que será un excelente lugar
-En realidad... tengo un sitio que creo será fabuloso para ir a visitar; además que recordaré viejos tiempos -sus ojos brillaron ante la idea que le había surgido
-¿A dónde iremos? -le dijiste muy animada e intrigada
-¡Vamos a un juego de beisbol! -puso la sonrisa más enorme que le habías visto desde que lo conociste como parte del equipo; pero a ti el beisbol no te gustaba... es más, te aburría a morir, pero ya te habías prometido que no importa dónde eligiera, aceptarías con gusto. Una sonrisa fingida asomó a tu cara
-¿Beisbol? ¡Claaaro! Excelente idea, Rogers
-Entonces nos vamos más tarde al estadio, hasta luego -se alejó hacia su habitación en el complejo
-Voy a morir de aburrimiento -te dijiste a ti misma resignada
El atuendo que había elegido lo hacía verse más sexy: casual/deportivo complementando el outfit con una gorra y un par de gafas para pasar de incógnito (eso creía él) pues a veces las chicas lo asediaban demasiado y lo fastidiaban pronto. Llegaron al estadio, de hecho estaban jugando 2 de sus equipos favoritos: Los Dodgers de los Ángeles (antes de Brooklyn, que siempre veía de niño) y los Yankees de Nueva York (ahora representantes de esa parte de la ciudad natal de Steve); así que su entusiasmo era aún mayor.
En el turno al bat de uno de los jugadores de los Dodgers, este apenas logró rozar la pelota con el palo, salió disparada hacia la zona donde ambos estaban sentados, pero tú estabas distraída volteando a otro lugar y cuando regresaste la vista adelante, la pelota estaba a 3 metros de tu nariz... era casi seguro que te la iba a quebrar, pero "a mano limpia" la detuvo frente a ti, provocando que la gente alrededor lo ovacionara por tan valiente acto. Amaste su intención de protegerte ante cualquier cosa desde el primer momento.
