**-Shots del Universo Marvel-**

CELOS DE ÉL (Bruce Banner)

Era el único hombre que te hacía sentir importante y muy atractiva, aunque jamás te había dado palabras o motivos para que lo creyeras al 100%.

Desde que era tu profesor en la Universidad, fuiste su alumna más avanzada y a quien más confianza le tenía para que le secundara en sus experimentos con rayos gamma; tomaba sus precauciones pero con la plena seguridad de que con cualquier falla, ambos podrían encontrar la solución mayor rapidez; total, 2 cabezas piensan mejor que 1.

Cuando tuvo ese terrible accidente donde la exposición a los rayos gamma dañó severamente su cuerpo, tú fuiste la única a la que pudo pedir ayuda y quien le facilitó la huída para escapar del gobierno y del general Ross, quien pretendía disponer del científico para usarlo como arma (un segundo súper soldado en tiempos modernos).

A pesar que en sus transformaciones como el monstruo Hulk te aterraba verle tan cerca de ti, éste aún no se ponía violento; como si en su alter ego, el doctor Bruce Banner reconocía tu presencia y respetaba tu espacio y tu vida. Así que más que amiga/ayudante, eras su brazo derecho y eso te enorgullecía y te enamoraba.

Obviamente Bruce ya no era un jovencito (te llevaba uno 10 años) ni tampoco era el típico hombre guapo que pudiera enamorar a cualquiera, pero tenía esa mirada tierna y pacífica que te subyugaba hasta hacerte balbucear cuando te hablaba directamente a los ojos. Pero se metía tanto a su laboratorio y experimentos que realmente no se daba cuenta de tus sentimientos por él.

-Doctor Banner, ¿qué opina de ésta fórmula que estoy revisando? –no podías quitarle la vista de encima; esa camisa azul le quedaba de maravilla y lo hacía ver sumamente interesante

-Mmmm... creo que deberías cambiar estos elementos de esta cadena, pues podría... -te perdiste en su voy y ya de pronto sólo podías escuchar a los lejos -¡hey, T/N! ¿Me escuchaste?

-¿Qué? SÍ, sí, claro, mover el oxígeno en lugar del amonio...

-Eso no fue lo que dije. No sé a dónde voló tu mente, pero si no puedes poner atención, es mejor que descanses un poco. Sal, toma un bocadillo y te veo aquí en media hora

Tenían tiempo ya instalados en la torre de Stark y a veces el millonario hacía lo posible por llamar tu atención; aunque siempre fracasaba: tu amor por Bruce era demasiado. Pero últimamente te estabas cansando de que tu mentor no te veía como tú lo deseabas y eso te lastimaba mucho, entonces decidiste que hacerle un poco de caso a Tony no iba a matarte.

El día anterior a tu cumpleaños los Vengadores determinaron festejarte con una velada en la torre; todos reunidos bebían, comían, reían y charlaban de cosas triviales pero que los mantuvieron despiertos hasta bien entrada la noche.

Tony se acercó a la barra de bebidas que tenía al final del salón, pues tu te encontrabas ahí junto a Banner, pues querían platicar solos sin la presencia de los otros.

-Hola T/N... Bruce...

-Hola Tony, ¿qué se te ofrece? –dijo el científico

-En realidad venía para invitarle un trago a tu bella asistente

-Oh, vaya. Gracias Tony, qué amable; espero que no te estés luciendo solo por ser mi cumpleaños, ¿verdad? –comentaste con voz coqueta sin importar lo que pensara tu acompañante

-¿Acaso solo en los cumpleaños se puede invitar un trago?

-Claro que no. Me alegra que lo hagas. Eso me halaga... -sonreíste abiertamente ante el guiño del genio

Entonces Bruce de repente tomó el brazo de Stark y lo jaló violentamente:

-¡¿Qué te traes Tony?! ¿Qué no ves que soy yo quien está platicando con ella?

-¡Calma Bruce! ¿Qué te pasa? –dijo Nat que llegó corriendo a la escena

-¡Es Tony! Hace lo imposible por fastidiarme

-¿Pero qué sucede, cuál es la causa de que te enfades tanto? –preguntó de nueva cuenta la rusa

-¡Quiere quitarme a T/N!

-Calma doctor Banner... -hablaste con temor

-¡No me digas así! Soy Bruce, dime Bruce –la voz de Hulk empezaba a salir de los gritos de éste. Los Vengadores trataban de tranquilizar la situación para que el gigante verde no se asomara y causara destrozos en medio de la fiesta

-Ok Bruce, no tienes por qué enojarte. Simplemente estoy charlando con Stark, no hay por qué ponerse furioso, ¿o sí? –dijiste retando al bioquímico, con la esperanza de que dijera algo que pudiera alentarte a dar algún paso

-Bueno... no, claro que no...

-¿Y por qué dijiste que te quería quitar a T/N? –interrogó Thor curioso

-Es... que... no, por nada, no importa...

-¡¿Qué, no importa?! ¿Es decir que yo no importo? –soltaste el grito en aquél caos -¿para qué tanto escándalo pues? Doctor Banner, si yo no significo nada para usted, entonces será mejor que me retire, mañana volveremos al trabajo –tus ojos se llenaron de lágrimas mientras avanzabas hacia tu habitación

-Vaya Banner, sí que eres un verdadero nerd –le reprendió Tony mientras le daba un manotazo en la cabeza al científico -¿qué no ves que ella te está diciendo a gritos que te quiere? ¡Corre tras ella!

-¿De veras lo crees Tony? –dudó Banner

-¡Por supuesto doctor! Es muy evidente que está locamente enamorada de ti. Y mira que si yo lo noto, es porque de verdad lo está. ¡Alcánzala! –le dijo Rogers

Estabas por entrar en tu cuarto cuando Banner te alcanzó, jadeando de tanto que había corrido:

-Oye... espera... tengo que... decirte algo... -su corazón acelerado y su respiración evidenciaba el cansancio. Ya más repuesto, prosiguió –Perdóname por no darme cuenta de lo que significas para mí ni de lo que yo significo para ti. Ser un cerebrito tiene sus desventajas emocionales. Y no creas que no me gustas, de hecho, me encantas: pero mi timidez hace que me esconda tras fórmulas y laboratorios

-¿Y por qué hasta ahora me lo dice?

-La verdad es que... me puse celoso de ti y de Tony; morí al imaginarlos juntos y supe que tenía que actuar. Lo siento

-Está bien doctor. Gracias por sincerarse conmigo

-Eres muy hermosa, ¿lo sabías?

Unió sus labios con los tuyos en un beso tierno y un poco torpe, te abrazó y no te soltó más. Fue el mejor cumpleaños de tu vida.