**-Shots del Universo Marvel-**

VECINOS (Pietro Maximoff)

               Conocías a Pietro de poco tiempo atrás, se había mudado a tu vecindario junto con sus padres y esa odiosa hermana suya, Wanda; una chica super rara, muy seria y que definitivamente no era el tipo de chica que querrías para amiga. Él, en cambio, era todo un bombón, atento, amable, un poco vanidoso pero galán y con una sonrisa que de solo verlo te derretía.

Su madre se había vuelto muy cercana a la tuya y era tal su confianza, que cuando se hallaban platicando, ella hacía lo posible por empatarte con su hijo:

-Sigo insistiendo T/N, me gustas para novia de Pietro, pero así como lo ves de coqueto, así es de tímido, ojalá que tú te lanzaras con él

-¡Ay no señora, qué pena, cómo cree! Además, creo que no soy el tipo de chica que le gusta a Pietro

-Precisamente por eso me gustas para él, le gustan puras chicas más... fáciles y demasiado superficiales -te quedaste sorprendida de la confesión de su madre -inténtalo y verás que tengo la razón -en eso entra Wanda buscando a su madre y saluda, tú solo te quedaste estática, sin saludar y con cara de pocos amigos

-Hola señora, hola madre... T/N -dice con voz de pocos amigos

-Wanda... -respondes de la misma manera

-Bueno vecinas, ya nos vamos; muchas gracias por el té y los panecillos, estuvieron deliciosos. Luego nos volvemos a juntar para seguir platicando. Y T/N, haz lo que te digo, créeme que no te miento

Pensaste en eso toda la noche y ya que te había picado la curiosidad, decidiste ponerlo en práctica al día siguiente en la escuela (iban a la misma... igual que su rara y odiosa hermana). Te vestiste más coqueta ese día, usaste tu perfume nuevo que usarías solo para "ocasiones especiales" y hasta probaste un peinado nuevo que la verdad te quedó lindísimo; si ibas a usar tus "armas" tenías que hacerlo con la seguridad de que fueran las correctas.

Te acercaste a su casillero (lo separaba del tuyo por 4) para iniciar una conversación:

-Hola Pietro -dijiste con seguridad pero por dentro, estabas que te morías de nervios

-Ah, hola T/N, ¿cómo estás?

-Bien, gracias... ¿qué cuentas hoy? -movías tu cabello de forma sugerente para que se diera cuenta de los cambios que hiciste para él pero no dijo nada

-Nada en especial. Voy a la clase de futbol, ¿tú que harás?

-Voy a mi clase de teatro, sólo quería saludarte

-Oh qué bien, bueno te dejo, cuídate y nos vemos luego, ¿ok? Adiós...

-Adiós... -respondiste con voz decepcionada; creíste que algo bueno pasaría con tu cambio de imagen, pero nada extraordinario pasó: viste a Pietro platicar con los mismos amigos, haciendo las mismas actividades y sonriéndole a todo el mundo como siempre lo hacía... incluyéndote a ti.

Resignada a que sólo verías a Pietro como un amor platónico durante toda tu vida, saliendo de la escuela te dirigiste a tu casa (no quedaba lejos, así que caminabas). Ibas pasando por un callejón conocido cuando divisaste a 2 hombres que se veían sospechosos y con aspecto de maleantes... no te habías equivocado. Caminaste más aprisa y ellos te dieron alcance en otro callejón, ya casi para llegar a la cuadra de tu casa; te tomaron de los brazos e intentaste gritar, pero el más alto puso una mano sobre tu boca y calló tus gritos. Después te puso la mano en el cuello y acercó su horrible cara a la tuya:

-Muy bien niñita, si gritas, te mueres. Danos todo lo que traigas de dinero -resoplaba en tu oído

-No traigo nada, se los juro -tus ojos estaban llenos de lágrimas y creías que te ibas a desmayar