APUESTAS (Remy Lebeau - Gambito)

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Saliste con tus amigas ese viernes por la noche, después de una semana pesadísima de trabajo; tu jefe te había encargado mil tareas para el lunes y no sabías ni por dónde empezar, te peleaste con tu compañera de trabajo por insignificancias y tu novio no tenía tiempo para ti (para variar) desde hacía ya 3 meses... ese día decidiste mandar todo al carajo y comenzar de nuevo.

Fueron a la nueva casa de apuestas que abrieron a poca distancia del centro, un lugar concurrido y, por lo que les habían contado, muy sofisticado y lleno de chicos lindos por conocer.  La idea les entusiasmaba especialmente porque todas querían desestresarse de las jornadas laborales tan duras y entraron animadas al recinto.

Con lo primero que se toparon fue de un mar de gente dentro del inmueble: máquinas tragamonedas en largas filas, ocupadas de señoras con botes llenos de monedas listos para ser introducidos; mesas con juegos de cartas; pantallas con diferentes apuestas deportivas de carreras de caballos, futbol, beisbol, box, la ruleta, etc. Cada una se fue por su lado hacia lo que más les llamaba la atención y tú te quedaste en medio de todo ese alboroto pensando a dónde dirigirte.
Lejanamente, divisaste una mesa con varias chicas alrededor y 5 personas sentadas (todos hombres) de lo más serenos y concentrados en lo que estaban haciendo.

Te acercaste lento tratando de adivinar qué era lo que pasaba y entonces advertiste que estaban jugando poker. El que parecía el líder llevaba un sombrero de bombín y una camisa azul marino, pero no podías ver bien su rostro: el sombrero tapaba la mayoría de las facciones aunque podías percibir una leve sonrisa cada vez que alguien hacía algún movimiento en la mesa.
De pronto, cuando todos pidieron más cartas, uno de ellos estalló de júbilo pues al parecer había ganado, pero el hombre líder tomó sus cartas y las arrojó en el paño verde:

-No amigo, la mano es completamente mía -dijo sonriendo

-¡Has hecho trampa! -contestó el primero fúrico

-¿Quieres comprobarlo, amiguito? -de pronto, de sus dedos salían pequeños destellos de luz y algunos que estaban cerca salieron despavoridos previniendo un desastre

-No... no... está bien, te creo, tú ganas -se retiró y el resto de la gente dejó la mesa; él recogió el dinero dejado en el centro de la misma y acomodó el efectivo

Al ver que no había nadie más y que podías pedirle ayuda al hombre del sombrero para que te enseñara un poco  de poker, te sentaste y preguntaste con voz temblorosa:

-Hola... ¿puedo sentarme junto a ti? ¿Eres parte del staff del lugar?

-Hola, no trabajo aquí pero sí, puedes sentarte a mi lado -de pronto viste que movió su cabeza sin quitarse su sombrero y te dejó ver esos ojos verdes enigmáticos acompañados de una sonrisa sexy que te invitaba a preguntar más

-Hola, no trabajo aquí pero sí, puedes sentarte a mi lado -de pronto viste que movió su cabeza sin quitarse su sombrero y te dejó ver esos ojos verdes enigmáticos acompañados de una sonrisa sexy que te invitaba a preguntar más

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-Si no trabajas aquí, ¿cómo es que puedes ser el que lidere una mesa cuando quieren jugar?

-Cariño, soy cliente frecuente, todos los empleados y hasta el dueño me conocen así que me dan espacio para ganarme yo mismo mis propios juegos

-Es decir, que puedes hacer trampa... -recién dijiste las palabras y te arrepentiste de inmediato, recordando lo que acababas de ver, te sentías morir ante la afirmación; inexplicablemente, solo siguió sonriendo y prosiguió con las preguntas

-Es la primera vez que vienes, ¿cierto?

-Así es... ¿muy notorio?

-Demasiado... pero al menos quisiera saber el nombre de tan distinguida dama que nos acompaña hoy

-Me llamo T/N; no estaría nada mal que me dieras también tu nombre -no sabías por qué, pero comenzaste a coquetear

-Soy Remy Lebeau, mademoiselle -su encanto hipnótico comenzaba a subyugarte

-¿Podrías enseñarme a jugar poker? He venido con mis amigas y quisiera al menos llevarme algo más que las manos vacías esta noche; he tenido una terrible semana y quisiera tener aunque sea un premio de consolación de un poco de dinero

-Por supuesto, chérie, aunque... ¿por qué solo querrías llevarte solo dinero? -tomó tu mano, la besó y volvió a sonreír... tú ya estabas completamente rendida a él -puedes llevarte algo más a tu hogar

-¿Ah sí?,  ¿como qué? -devolviste la sonrisa en complicidad con lo que te estaba pidiendo

-A mí, por ejemplo. Puedo enseñarte poker en casa

-He escuchado que poker de prendas es más... interesante

-Y lo podemos hacer aún más, si tú lo quieres. ¿Qué dices entonces?

-De acuerdo: esta noche serás mi maestro

Se levantó de la silla y con toda la galantería del mundo te ofreció su brazo para que lo tomaras. Ibas a embarcarte en una aventura con el azar a tu favor.

**-Shots del Universo Marvel-**Where stories live. Discover now