Kim Joohyun tenía una vida perfecta. Era una mujer hermosa en sus cuarenta y cinco años con un esposo que amaba y un hijo maravilloso, no podía pedir nada más, era feliz.
Aún podía recordar sus días de universidad, esos días en los que a penas se graduó se casó con su esposo y a los pocos meses, descubrió que estaba embarazada de un pequeño niño. En esos momentos Joohyun aún no quería tener un hijo, iba a ser sincera, la mera idea de tener un bebé a los veintidós le daba cólera, pero a penas ese pequeño niño el cual había pasado nueve meses dentro de su vientre le había mirado con esos ojos grandes y redondos, brillosos y llenos de vida y alegría Joohyun había sabido que ser madre en verdad era lo que deseaba, quería criar a ese niño y amarlo con todo su corazón.
Como toda madre debía amar a sus hijos.
Desde que Jungkook había crecido había notado como su hijo era... diferente. No era raro en absoluto, sino que simplemente Jungkook no era como un niño común, uno de su edad. Cuando era tan solo un infante Jungkook no solía jugar con juguetes, solo se sentaba a su lado o al de su padre, o a veces solo con un pequeño peluche entre sus pequeños bracitos.
Cuando había sido un niño había sido popular, era un buen niño, con rostro lindo y sonrisa tierna, Jungkook también era amable y educado. Pero a pesar de que tenía muchos amigos y siempre estaba acompañado, siempre era como si no fuera así, Jungkook siempre estaba ausente de todo lo que ocurría a su alrededor. Pero entonces había crecido y había visto desde primera fila como el primer amor de Jungkook llegaba con la hija del compañero de trabajo de su esposo, con Kim Jennie.
Entonces Jungkook había cambiado completamente, ya no estaba distante, ahora estaba pisando tierra, estaba atento, brillante, siempre reluciente tratando de verse lindo, tratando de encajar en las cualidades que a las niñas de su edad le atraían. Joohyun siempre había querido decirle a su hijo que ni siquiera tenía que esforzarse, él ya era hermoso, era perfecto. Pero a pesar de todo, Jungkook siempre se había minimizado, se hacia pequeño siempre que estaba con esa niña, se dejaba hacer por ella, la seguía a todas partes y hacía todo lo que ella quería. Jungkook era un niño atento y amoroso con las personas que apreciaba, lo era con ella, con su padre, con sus amigos y familiares, pero con esa niña era diferente. Jungkook era como un pequeño cachorro fiel a su dueño.
Pero a pesar de eso Joohyun había creído que Jungkook era feliz, parecía ser feliz, o al menos lo hacía hasta que Jennie había dejado de visitarlo y Jungkook pasaba los días mirando su cámara fotográfica, mirando las fotografías de aquella niña. Pero había sido extraño, completamente extraño, más que eso porque, cuando le había dicho a Jungkook en medio de una cena que Jennie se había mudado con sus padres por cuestiones de trabajo del señor Kim, Jungkook había reaccionado extrañamente bien. Lo había tomado demasiado bien.
No había estado triste como cuando la niña le había dejado de hablar, había estado feliz y no lo había entendido. Son niños. Había pensado en ese momento, Jungkook era demasiado joven para comprender algo como el amor.
Por eso cuando había dejado -con dificultad- a su hijo mudarse a Seúl en busca de una oportunidad como fotógrafo había confiado en que había criado correctamente a su hijo, en un hogar amoroso y respetable, había confiado en que Jungkook iba con la mente en claro, con un objetivo en mente. Su hijo era inteligente, iba a ser alguien grande, lo sabía.
Y así ocho años habían pasado desde que su hijo se había ido de casa, ochos años en los que Jungkook le había demostrado ser todo lo que ella creía que era, un joven adulto responsable, con aficiones, exitoso y con un futuro brillante.
Sin embargo, Joohyun estaba un poco confundida, más que confundida, asustada.
Suponía que su hijo era un chico sentimental, un chico que amaba con el corazón y tenía sentimientos puros por lo cual, esa era la razón por la cual sus novias no eran importantes para él, la razón por la cual no tenía relaciones sentimentales serias.
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Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.