Jungkook se estiró y con sus manos masajeó su nuca adolorida. A penas era lunes y ya le dolía el cuerpo, esas eran las desventajas de beber los fines de semana, era muy sensible a alcohol, solo era cuestión de estar un poco ebrio y estaría arruinado por los seguidos dos días.
—¿Cierras tú? —le preguntó Jungkook a Eunki quien asintió y con una sonrisa se dirigió hacia la entrada de la tienda. El menor aprovechó para allí mismo cambiarse, se quitó el mandil y seguido empezó a desabrochar su camisa blanca la cual era parte del uniforme con el logo de la cafetería. Miró el reloj de la pared dando las diez cuarenta. Se les había hecho un poco tarde, después de todo habían tenido que quedarse a limpiar porque ese día parecía que todos los clientes se habían puesto de acuerdo para derramar sus bebidas. No iban a dejar una cafetería sucia para el siguiente turno de la mañana.
Buscó la llave de su casillero en su bolsillo y abrió el mismo para tomar su camiseta negra y ponérsela encima. Eunki entró justo a tiempo cuando se la estaba colocando, y soltando una suave risa se colocó a su lado abriendo su propio casillero y buscando su ropa.
—Tus amigos son increíbles. —Jungkook se volteó hacia él y le dedicó una suave sonrisa—No creí que tuvieras amigos tan geniales, hombre. Me la pasé muy bien el sábado.
—Yo también, aunque he de decirte que aun tengo un poco de resaca.
—Lo noto, pareces un muerto andante. Toma algún jugo de naranja, o un café no lo sé. —aconsejó revolviendo su propio cabello con sus dedos y retirando el mandil de su cuerpo—No entiendo como puede pegarte tanto si ni siquiera estabas tan ebrio.
—Lo estaba, vomité en casa. —le dijo Jungkook rodando los ojos—No recuerdo ni como logré subir a mi cama, pero allí amanecí.
—Vamos no llores, la pasamos increíble. De verdad, ni siquiera mis amigos tienen esa alma nocturna, son todos unos hijos de papi con familia adinerada y padres moralistas. —se burló Eunki.
—Hoseok y Yoongi también nacieron con una cuchara de plata en la boca, no son la excepción. *
—Pero ellos son diferentes, mis amigos tienen que tomar chicles antes de regresar a casa o sus padres los matan. Ya son lo suficientemente mayores para seguir bajo la falda de sus madres. —desabrochó su camisa blanca y la retiró, tomando su camiseta blanca seguida de su chaqueta de mezclilla la cual pasó por sus brazos hasta colocarla sobre sus hombros—Como sea, estuve hablando con Hoseok por mensaje y concordamos que la pasamos increíble y que deberíamos salir de nuevo este fin de semana, conozco un lugar no muy lejos de aquí, podríamos ir el viernes saliendo del trabajo. Yo invito.
Jungkook hizo una mueca. Cerró su casillero y con su mochila sobre su hombro derecho lo miró—No lo sé, no soy muy fan de embriagarme todos los fines de semana, además, me gustaría estar en casa tranquilo si te soy sincero, ya tuve suficiente con el sábado.
—Vamos, Jungkook no digas eso, si tú no vas yo no voy. —se quejó apoyándose contra los casilleros—¿Qué tal hoy entonces? Cualquier día me vale, mañana no vendrás a trabajar. Vamos, ni siquiera tienes que tomar, solo tienes que acompañarnos.
—Mañana tengo algo que hacer con alguien más, por eso pedí que me cubrieran el turno, no puedo. —le dijo agotado de tanta insistencia. Eunki enarcó una ceja y se cruzó de brazos.
—Pensé que me habías dicho que no tenías novia. ¿O acaso... un chico? —preguntó con tono burlón. Jungkook le miró de reojo.
—No estoy saliendo con nadie, te lo dije el otro día. Solo tengo cosas que hacer. Lo siento de verdad, pero preferiría que saliéramos la próxima semana, quisiera descansar un poco. —Eunki asintió y con una suave sonrisa se separó de los casilleros y también acomodó sus cosas para estar listo y salir de allí.
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Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.