Jimin había cumplido lo prometido. Eran las nueve a.m. cuando una camioneta se estacionó frente su casa. Jungkook tomó la mochila con su cámara y su libreta de apuntes y abrió la puerta a penas la tocaron.
Su garganta se quedó seca a penas vio quien era la persona frente su puerta.
—Buenos días, ¿listo para lo que se viene hoy? —Dijo Jimin con una sonrisa ladeada mientras estaba apoyado al marco de la puerta. Esta vez su cabello no estaba peinado, estaba agradablemente desacomodado, sus mechones rubios resaltando sobre los castaños claros—Y sí, no tienes que preguntarlo. —Jimin acomodó un poco su cabello con sus dedos—Ayer tuve que tintarme el cabello para algunas fotos, si no te gusta puedo tintarlo a otro color, después de todo este es temporal y terminará desapareciendo en unos cuantos días.
—No, me gusta. —dijo sin dejar de ver su cabello.
—Me agrada escuchar eso. ¿Nos vamos? Así te explico lo que tengo pensado para hoy. —a penas el menor asintió Jimin se dio la vuelta y caminó hacia el auto.
Jimin llevó su mano hasta su pantalón y tomó los lentes que colgaban del mismo y con sus dos manos los colocó sobre su cabeza mientras echaba su cabello hacía atrás. Jungkook solo podía ver toda la escena en cámara lenta. El auto ni siquiera estaba tan lejos de la entrada de su casa, pero era como si estuviera a cincuenta kilómetros de esta. Jimin consumiendo el tiempo, siendo el protagonista en su panorama.
El movimiento de su chaqueta de cuero la cual estaba sutilmente caída por sus hombros, dejando ver la camisa de cuadros con todos los botones superiores desabotonada, dejando ver parte de sus clavículas. El hombre giro sobre sus talones y le dedicó una ultima sonrisa antes de abrir la puerta y subir al auto, sus miradas conectadas, sintiendo como la atención del modelo era toda suya.
Jungkook tragó saliva.
—Son las nueve a.m. así que supongo que no has desayunado absolutamente nada así que iremos a mi cafetería favorita. —Jungkook cerró la puerta de la camioneta y dejó su mochila a un constado—Sirven el mejor café de todos, y unos panqués parar morirse. —le dijo mirándolo a través del retrovisor. Jungkook asintió y evitó la mirada de Jimin.
En el camino hacia el lugar, Jimin le había explicado que tenía algunos lugares en mente a los que podrían visitar para inspirarse para tomar fotografías al igual que podrían tomar fotografías de prueba para encontrar el centro de la exposición, después de todo a pesar de todas las fotografías que tomara, una sola sería el acto principal, la imagen más grande de todos, la que captara la atención de todos a penas entrara al lugar de la exposición.
Le explicó y comentó algunas de las ideas que había pensado la noche anterior con ilusión mientras se apoyaba sobre su asiento para retocarse el bálsamo con aquel pequeño espejo. Incluso el olor a cereza llegaba hasta su asiento. Jimin frotó sus labios para cubrió toda la extensión y con sus dedos limpió los excesos que quedaban en sus comisuras.
—Si queremos hablar de la belleza natural tenemos que tomar en cuenta que lamentablemente no podré maquillarme, digo, no es como que me moleste no hacerlo pero en ese caso tenemos que tomar en cuenta las situaciones adecuadas para tomar las fotografías, los escenarios sobre todo. No me tomarás fotos bailando en alguna discoteca cuando allí es cuando más me arreglo. —bromeó.
Ambos bajaron del auto a penas llegaron a la cafetería. Jimin le dijo al chofer que podía irse y que le llamaría cuando lo necesitara, ya que luego de aquello irían a un parque el cual estaba a un par de cuadras del lugar. Ambos caminaron hacia el interior y Jungkook quiso matarse cuando recordó que no había llevado nada de dinero ya que pensaba que simplemente hablarían sobre los lugares donde tomarían las fotografías y posibles pruebas, y para colmo, aquella cafetería lucía asquerosamente costosa.
ESTÁS LEYENDO
Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.