Capítulo 28

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Jungkook observó a Jimin con la mirada abajo, viendo el suelo, con sus ojos abiertos y vacíos. Tenía la misma mirada de cuando había bajado un par de horas atrás a penas Namjoon se había ido y Jimin trataba de soltarse de los amarres al asiento al igual que con todas sus fuerzas trataba de deshacerse del pedazo de tela en su boca la cual Jungkook había amarrado rápidamente apenas había notado que era Namjoon quien llamaba a la puerta. Pero ahora estaba tranquilo, apenas había notado que su novio se había ido y ya no había oportunidad de gritar con la esperanza de que lo escuchara, simplemente se había rendido, se había dejado hacer.

Jungkook lo había acomodado de nuevo en su lugar ya que del forcejeo se había movido del centro, al igual que había retirado aquella tela de su boca, permitiéndole hablar, cosa que no había hecho porque Jimin sabía lo que le pasaría si siquiera intentaba algo. No quería dormir más, no quería seguir inconsciente. Y es que, si Jimin intentaba algo, Jungkook simplemente tomaba el somnífero y lo obligaba a tomarlo, y no quería hacerlo, aunque Jimin quería luchar contra Jungkook, también tenía que luchar contra sí mismo.

Y Jimin le había prometido a Namjoon no volver a caer en la adicción a los medicamentos, y al menos, aquello iba a cumplirlo. Igualmente, Jimin no creía salir vivo de allí, pero vivo o no, no iba a faltar a las promesas que le había hecho a Namjoon, siempre le sería fiel, siempre estaría agradecido con él por salvar su vida.

—¿Tienes hambre? —preguntó Jungkook en voz baja, hablando luego de varios minutos de estar ambos sentados en silencio en aquella habitación. Jimin negó en silencio—La última vez que comiste fue ayer por la noche, ¿estás seguro? —Jimin asintió—Yo si te soy sincero sí tengo algo de hambre. He estado toda la mañana con esto y ni siquiera desayuné. Creo que pediré algo de pizza, también podemos cenar pizza ya que lo más seguro es que sobre. Conozco una pizzería increíble y no muy costosa, tienes que probarla. —Jimin nuevamente no dijo nada, solo siguió mirando hacia el suelo.

Jungkook se levantó de su asiento y caminó hacia una mesita de entrada que había colocado al lado de las escaleras. Abrió un cajón y de allí sacó un móvil, exactamente el móvil de Jimin.

—Es hora de hablarle a Namjoon. —dijo el menor, acercándose a Jimin y acomodando la silla donde antes estaba sentado y colocándola frente suyo—Creo que no tengo que decirte algo obvio, pero igualmente es mejor dejarlo claro. —se acomodó en el asiento y cerró sus ojos, soltando un suspiro—Vas a decirle que estás bien, que fuiste a Busan como estaba en tus planes y no le avisaste porque, serás sincero, estabas enojado con él. Pero que sabes que estuvo mal y le pides perdón. En caso de que te pregunte cuando regresas, le dirás que es indefinido, que lo que sea que estés haciendo allí, te está ocupando mucho tiempo. Y es todo. No necesitas dar más explicaciones.

Jimin negó—No quiero hacerlo, no voy a mentirle.

—Tienes que hacerlo, sabes que no puedes decir la verdad. —Jimin lo miró fijamente.

—¿Y si lo hago? —le amenazó con voz rota, tratando de sacar el ultimo valor que le quedaba luego de atender a todas las ordenes del menor esos últimos días.

—Jimin, no me hagas hacer esto, sabes que no quiero hacerte daño. Solo tienes que hablar con él para tranquilizarlo, no más. —Jimin insultó en voz baja, sin poder creerlo. No entendía toda la situación, era extraño, era irreal. ¿A caso algo tenía al menos una pizca de sentido?

—y ¿Qué vas a hacer conmigo? Si nadie va a venir por mí, si no me vas a dejar libre nunca, ¿Cuál es el fin de tenerme aquí encerrado como si fuera tu maldita mascota? No soy una jodida fotografía para que mires todos los días o cada vez que tengas el gusto. —Jimin sintió sus ojos arder por primera vez en el día—Mierda. —había pensado que se había quedado sin más lagrimas que soltar luego de llorar toda la noche, pero al parecer aún le quedaban.

Sidekicks [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora