Hacía un día un tanto nublado, algo que le desconcertaba ya que estaban en medio del verano y el sol solo desaparecía cuando el atardecer se hacía presente, incluso podía ver las nubes grises hacer su aparición como si fuera a llover en cualquier momento.
—Creo que se empieza a notar que estamos a nada de empezar agosto. —comenta el chofer. Jimin ríe y se acomoda entre su asiento.
—No sé yo eh. Aun queda un mes para septiembre ¿cómo podría adelantarse tanto?
—Puede pasar joven, ya sabe, los cambios climáticos. —Jimin hizo un sonido de probación. Últimamente la contaminación se hacía más presente cosa que le molestaba ya que siempre trataba de como figura pública, utilizar su voz para crear conciencia. Jimin amaba la naturaleza, era hermosa y le sentaba mal saber que habían personas que no cuidaban de ella.
Escucho el tonó de su celular sonar, miró la pantalla y una sonrisa boba se dibujó en su rostro, esa muy experimentada sensación de calidez en su pecho se instaló y sin pensarlo dos veces deslizó su dedo en la pantalla.
—Park Jimin. —la cálida voz sonó a través de la línea con ese característico tono divertido.
—Kim Namjoon, ¿se le ofrece algo? —le siguió la corriente mientras miraba sus piernas y jugaba con un hilo de su pantalón mezclilla el cual estaba suelto.
—Bueno, me preguntaba si estabas libre a las ocho de la noche, he descubierto un restaurante de comida tailandesa. La comida tiene una pinta maravillosa.
Abultó sus labios—No estoy seguro. ¿Recuerdas que te había contado que estaré trabajando con unos chicos de la universidad del norte? Pues hoy es la primera reunión. No sé cuanto dure, pero te prometo que si acaba antes de las ocho yo te llamaré.
—Bueno, ¿qué te parece si voy a tu departamento y a penas llegues la pedimos? No me importa a qué hora llegues. —guardó silencio por un momento y luego soltó una risa tímida—Ha pasado una semana desde que pudimos vernos, digamos que te extraño un poco.
—¿Solo un poco? —su rostro dolió, sonreía como un completo tonto. Como lo odiaba por hacerlo sentir así.
—Bueno era por no decir demasiado.
—Me alegra que lo aclares, ya iba a cortar la llamada. —ambos rieron. Jimin arrancó el hilo colgando de su pantalón y volvió a hablar—Me parece perfecto, entonces nos vemos en mi departamento. Te llamaré a penas salga de la reunión.
—Perfecto, nos vemos entonces. —Jimin hizo un sonido dando a entender que estaba de acuerdo y se quedó callado un momento, esperando aquellas palabras que su novio le decía siempre que la llamada iba a ser cortada.
—¿No vas a decir nada más?
Y casi como si Jimin estuviera viéndolo de frente, pudo asegurar que Namjoon había rodado los ojos—Claro que sí. Te quiero. —y no necesitó más para colgar.
Jimin se quedó mirando el contacto en la pantalla unos segundos más después de cortar la llamada. No podía describir cómo se sentía en ese momento, feliz era una palabra que se quedaba muy corta para describirlo.
Namjoon y Jimin llevaban saliendo poco más de un año saliendo; el año más feliz de su vida.
Nunca se había sentido así con alguien, con ninguna de sus relaciones anteriores había sentido lo que sentía con Kim Namjoon, aquella sensación de estar en casa cada vez que sus miradas se conectaban, esa calidez que proporcionaba a su corazón y esos escalofríos cada vez que lo tocaba. Podían llevar tan solo un año de relación, pero sentía que llevaban más que eso, se sentían años y años, tenían ese tipo de relación la cual pareciera que hubieran nacido para estar juntos, eran la combinación perfecta. Absolutamente ese hombre era su media naranja.
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Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.