Jimin bostezó y frunció su ceño cuando sintió como una mano removía su hombro. Abrió sus ojos lentamente y adaptándose a la luz artificial de la habitación miró hacia la persona que le había despertado.
—Buenos días. —le dijo Jungkook en voz baja. Jimin se sentó en el sofá y se estiró en el lugar, apartando la sabana de su cuerpo y acomodando su ropa aún con sus parpados pesados—Perdón por despertarte, sé que es algo temprano, pero quiero que veas algo. —Jimin lo miró fijamente luego de tallar sus ojos, vio una suave sonrisa dibujada en su rostro al igual que notó como usaba unas botas negras junto a su camiseta y sus pantalones del mismo color.
—¿Qué cosa? —le preguntó Jimin somnoliento mientras tomaba la sabana y la empezaba a doblar.
—¿Qué tal si primero tomas una ducha? en el camino te cuento. —Jimin asintió y se ató sus zapatos para luego levantarse del sofá y seguir a Jungkook—Hoy salí a primera hora, por si no lo notaste son las doce del día. Me hubiera gustado dejarte dormir más, pero si te soy sincero tengo mucha hambre. Ayer me dieron mi primera paga, y como te había prometido compré el calefactor. —Jimin lo miró sorprendido—Pensé que eran costosos, pero no lo eran en absoluto, compré el mejor de todos. —Jimin sonrió—Y también compré algo más. —le dijo y se quedó callado cuando terminaron de subir las escaleras y llegaron a la cocina.
Jimin vio sobre la repisa de la cocina bolsas, demasiadas. Incluso notó en el suelo la caja donde el calefactor se encontraba. Jimin miró a Jungkook y vio como este le hacia una seña dándole paso a ver el contenido de las bolsas. Allí vio infinidad de verduras, carne, salsas.
Jimin sonrió y miró a Jungkook cuando creía hacer entendido la razón de todos esos ingredientes—¿Bulgogi? —Jungkook asintió. Había acertado.
—Hace semanas me mencionaste que eras muy bueno haciendo el Bulgogi y me dijiste que el del restaurante no era muy bueno como el que hacías así que, mientras caminaba en el supermercado pensé en que quizá sería una buena idea que lo hicieras, si quieres, por supuesto. —Jimin sacó las cosas de la bolsa y las dejó a un lado, mirando cada uno de los ingredientes.
—Me encantaría, no hay nada que ame más que cocinar algo que me gusta. —Jungkook sonrió, podía notar la ilusión en la voz de Jimin, sobre todo como sus ojos brillaban al ver las compras.
—Entonces que te parece si te duchas y cuando termines me ayudas a acomodar todo y yo te ayudo a cocinar, estaría bien que aprendiera a hacer algo más que ramen.
—Me parece una buena idea. —le respondió alejándose de la cocina y acercándose a Jungkook para tomar camino hacia la planta superior.
Como siempre, Jungkook lo había esperado sentado en la orilla de su cama. Había apoyado sus manos sobre las sabanas y había mirado el techo. Podía escuchar el sonido de la regadera abierta, podía incluso escuchar a Jimin tartamudear alguna canción la cual no conocía. Jungkook se había levantado y había caminado por la habitación, acomodando algunas de sus cosas y mirándose en el espejo, pensando que quizá había llegado la hora de cortar su cabello.
Se volteó rápidamente cuando escuchó la puerta abrirse y vio a Jimin salir del baño, con su cabello húmedo y la toalla entre sus manos. Jungkook sonrió.
—Estoy listo. —le había dicho caminando hacia su lado luego de dejar la toalla extendida sobre la silla del escritorio de la habitación. Jungkook devolvió su vista al espejo y se miró, ahora a su lado viéndose el reflejo de Jimin.
—¿Crees que deba cortar mi cabello? —Jimin lo miró a través del espejo e hizo una mueca.
—Te ves bien así, pero si quieres hacerlo está bien. Lo que importa es que te guste a ti. —Jungkook se miró por un par de segundos más y se giró hacia Jimin.
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Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.