Ambos voltearon hacia donde el sonido provenía saliendo completamente fuera de su burbuja.
—Es Namjoon. —habló primero Jimin apartándose de Jungkook y caminando hacia el salón. Pero antes de que pudiera siquiera avanzar más, sintió como Jungkook lo tomaba del brazo.
—Lleva toda la mañana llamando, pensé que le había silenciado. —Jimin lo miró—Namjoon siente que algo está mal, no hablaron por teléfono en tu cumpleaños, lo único que hago es responder sus mensajes y es todo, no le basta con eso.
—¿Cuándo fue la ultima vez que hablamos?
—Creo que hace dos semanas. —Jungkook soltó a Jimin y lo vio acariciar su propio brazo, justo donde Jungkook lo había tomado.
—Namjoon es terco, no parará hasta conseguir hablar conmigo, sobre todo porque ya pasó un mes desde que me fui, se suponía que debería regresar. —vio como Jimin se sentó en el brazo del sofá mirando el suelo—Déjame hablar con él, voy a tranquilizarlo, buscaré algo con lo que esté tranquilo.
—No, tienes que terminar con él. —alzó la mirada—Es lo mejor.
Jimin se quedó en silencio. Terminar con Namjoon, ¿acaso aquello se escuchaba real? No lo hacía, al contrario, Jimin se había sentido mareado por un momento. Terminar con Namjoon era más que cortar una relación, era deshacerse de su futuro, desechar sus días de felicidad. Namjoon ya no tendría las llaves de su departamento las cuales usaría para darle sorpresas cuando llegara de una pesada sesión de fotos, ya no pasarían juntos los fines de semana, ya no despertarían juntos por la mañana, ya no lo vería a los ojos o se quejaría de sus molestos ronquidos los cuales no le dejaban dormir. Jimin ya no viviría aquel mágico momento cuando Namjoon decidiera pedirle matrimonio, ya no se casarían, ya no formarían una familia y adoptarían a una niña como habían bromeado a veces; ya no envejecerían juntos hasta que la muerte les separase.
—Jimin. —Jungkook llamó su atención.
¿Al menos estaba seguro que algún día saldría de ahí vivo? Porque si no lo hacía, nunca podría hacer ninguna de esas cosas, aunque quisiera.
—Tienes que hacerlo.
—Sí, está bien. —Jungkook asintió y extendió su mano hacia Jimin. Jimin la miró, lo hizo por un par de segundos y con una leve presión en su pecho la tomó, se dejó guiar por él.
Lo había llevado de nuevo al sótano. Jimin incluso lo había visto con ojos diferentes, era extraño, era como si no le molestase estar allí, como si no fuese un castigo. Como si fuese una habitación como cualquier otra. Vio las paredes pintadas, los muebles viejos, su sofá rojo vino. De repente sintió ganas de llorar. Por primera vez tenía ganas de llorar sin saber por qué, porque sabía que no era porque iba a terminar con Namjoon o porque estaba allí encerrado sin poder hacer nada, simplemente, quería llorar porque sí.
Pero lo soportó, aguantó el ardor de sus ojos y el dolor en su pecho, el vacío que sentía en él. Creía incluso que le iba a dar un ataque de pánico debido a que su cabeza no dejaba de dar vueltas, pero no fue así. Se había sentado en la orilla del sofá, había visto a Jungkook bajando las escaleras con su móvil en la mano ya desbloqueado con la pantalla de inicio mostrándose. Y allí lo vio, a Namjoon. Su fotografía con él, la que tenía para que cada vez que prendiese su celular la viese, para alegrarse los eternos días de trabajo con la imagen de quien amaba.
—Confió en que sabrás qué decirle. —Jimin extendió la mano pidiendo su móvil. Jungkook dudó, pero se lo dio. Jimin lo tomó y vio su fondo de pantalla por unos segundos, eso hasta que simplemente fue a la lista de contactos y llamó a Namjoon.
ESTÁS LEYENDO
Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.