Sidekicks [Kookmin]

Capítulo 14

Jungkook tenía catorce años cuando todo había comenzado, cuando había conocido a Kim Jennie, la hija de un compañero del anterior trabajo de su padre. Una niña de su misma edad, dulce, amable, cariñosa y sobre todo hermosa. Posiblemente la niña más hermosa que Jeon Jungkook había visto en su corta vida y la única persona a la que había tomado fotografías en su vida, la razón por la cual odió tomar fotografías a personas, por quien se prometió no volver a hacerlo.

La primera vez que se habían conocido había sido cuando la chica estaba de cumpleaños número quince y el compañero y amigo de su padre había invitado a toda su familia a la celebración. Allí Jungkook se había dado cuenta que el amor de verdad existía, donde el amor era de un color rosa tan fuerte que incluso podría considerarse color rojo, uno tan intenso que te cegaba hasta que simplemente aquella llama se apagaba y podrías -con suerte- recuperar esa vista que parecías haber olvidado.

El día en que Jungkook se dio cuenta de que tenía un problema, uno muy grave donde su posesividad había salido a la luz y su él interior había rasgado su pecho para poder salir y tomar lo que consideraba suyo, o lo que iba a ser suyo.

Jungkook miraba hacia arriba, fijándose en como su padre se tomaba de la mano con su madre, caminado hacia el interior del hogar donde la fiesta era llevada a cabo. Su padre había saludado a un hombre mayor, posiblemente el padre de la cumpleañera. Jungkook miró el regalo entre sus manos y ladeó su sonrisa.

—No saben lo mucho que me alegra que estén aquí con nosotros el día de hoy, y sobre todo que hayas traído al pequeño Jeon Jungkook. —el hombre revolvió su cabello y Jungkook con amabilidad le sonrió y le dirigió una leve inclinación. El hombre sonrió y miró a su padre—No mentías cuando decías que era un niño educado, su postura lo dice todo.

Su padre lo miró orgulloso—Muchas gracias señor, es un gusto. —el hombre giró sobre sus talones y posó su mano sobre los hombros de una chica, era un poco más bajita que él, pero lucía de edad similar, Jungkook supo que era aquella que cumplía años cuando era la chica más alta entre todos los niños, cuando llevaba un lindo vestido carmín y su cabello se hallaba suelto, lacio y largo reposando sobre sus delicados hombros.

La niña lo miró confundida al inicio, pero luego le sonrió ampliamente.

—Ella es Jennie. Cariño saluda. —y así lo hizo—Jungkook, ella es mi hija. ¿Por qué no se hacen amigos? Jennie llévalo al patio con los demás ¿sí? Dale un tour por el lugar.

—Por supuesto padre. —los adultos se apartaron y siguieron hablando, uniéndose a ellos una mujer hermosa la cual parecía ser la madre de Jennie al ser completamente parecidas—¿Me permites? —preguntó la chica entendiendo su mano, Jungkook no supo que hacer, le extendió su brazo y ella rió bajo, tomando su muñeca y jalando de ella por el lugar hasta la puerta trasera.

En silencio Jungkook fue dirigido hacia debajo de un árbol donde una banca se hallaba. Varios niños pequeños corrían por el lugar y uno que otro joven de su edad caminaba por allí ignorando a Jennie por completo. Ella se sentó y acomodó su vestido, lo sacudió y lo miró a los ojos esperando que imitara la acción.

—Toma, este es el regalo que te compraron mis padres. Felicidades. —le dijo Jungkook pasándole la caja de regalo. Jennie la sostuvo y la dejó a su lado. Procedió a sentarse al lado de la chica, y con incomodidad miró a otro lado.

—¿Sabes por qué todos están en su propio mundo? Corriendo de un lado a otro sin siquiera hacer como que existo. —Jungkook guardó silencio—No son mis amigos, ellos solo están aquí porque mis padres mandaron invitación a los niños de mi colegio, pero ninguno de ellos me habla. —ella lo miró—Unas de las chicas del colegio me odian porque les llamé "perras". —Jungkook le dirigió la mirada impresionad, abriendo sus ojos con exageración. Jennie rió—Me tiraron mi desayuno solo porque vieron que no me dejaría intimidar por ellas y me pusieron en contra de toda la clase. Desventajas de ser la nueva.