Capítulo 39

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Cuando Jungkook había buscado a Jimin aquella noche por internet para conocer quien iba a ser su modelo había pensado que Jimin era un hombre muy atractivo, lo había visto moverse de un lado a otro en aquel programa de variedades, lo había visto cruzando sus piernas, acomodando su cabello suave y reluciente, apartando su flequillo para que no cubriera sus pequeños y lindos ojos delicadamente maquillados. Lo vio mover sus labios suavemente y sonreír coquetamente a la cámara, seduciéndola, haciendo suyo al público.

Cuando Jungkook lo había visto en persona por primera vez había evitado mirarlo demasiado, había contenido sus ganas de admirar su belleza, aquella cual era aún más notable en persona que en televisión, incluso había evitado sonreír victorioso cuando había visto al modelo cercarse a él e informarle que iba a ser su compañero de fotografía. Como si el destino hubiera decidido unirlos, como si supiera que ellos estaban hechos el uno para el otro.

Cuando se había encontrado por primera vez con Jimin en su agencia y pudo apreciar por primera vez en persona aquel suave maquillaje en sus ojos y el suave brillo de sus labios, cuando le había sonreído y le había comentado sobre como el trabajo le consumía y más cosas las cuales no recordaba debido a que en ese momento había estado tan inmerso en el rostro de Jimin que lo único que había podido pensar en ese momento era cuanto deseaba empezar a fotografiarlo. Y Jungkook nunca había deseado tanto fotografiar tanto a alguien desde que había conocido a Jennie.

Cuando Jungkook empezó a convivir más con Jimin, cuando fue a buscarlo a su casa y tomaron un café juntos y le invitó a desayunar, cuando estuvieron en el parque y platicaron de todo menos de las fotografías, cuando bromearon y rieron juntos, cuando Jimin se dejó fotografiar, su porte, su sonrisa lasciva y sus ojos mirándolo fijamente como si lo desearan. Jungkook había temblado, su corazón había latido fuerte. Ahí fue cuando Jungkook se dio cuenta de que Jimin le gustaba.

Cundo fue a su departamento y empezó a tomar fotografía de él en la cama, con aquella pijama removida, con su cuerpo entre las sabanas blancas y su rostro libre de maquillaje, solo mostrando esa belleza natural con la cual había sido bendecido al nacer.

Cuando Jungkook vio la fotografía aquella noche del sábado y se había masturbado viendo a Jimin, su rostro y su cuerpo firme y delicado, cuerpo el cual Jungkook estaba seguro que era de un ángel, uno el cual, en vez de llevarlo por el camino del bien y la pureza, lo había llevado al camino de la lujuria. Jungkook antes de aquello ni siquiera había estado seguro de que Jimin le atrajera físicamente debió a que era un hombre, pero, era como si aquella noche al haber visto aquel lado de Jimin, simplemente le hubiera importado una mierda que fuera hombre o mujer, había fantaseado con el modelo, había incluso deseado que estuviera allí en ese momento junto a él.

Y es que había pensado que lo único que sentiría por Jimin era eso, era una atracción la cual duraría un par de semanas, posiblemente meses, una la cual era debido a que gracias él había descubierto su gusto por los chicos pero, pero no había sido así, había sido todo lo contrario.

Los celos, aquella rabia que le provocaba saber que Jimin estaba con Namjoon, con ese hombre con el cual pensaba casarse en algún punto de su vida, hombre el cual juraba amar. Jungkook incluso había pensado que era un capricho, uno el cual había estado tan presente que incluso cuando menos se había dado cuenta, tenía a Jimin retenido con tal de que no volviera con su novio, tanto que, sin haberlo planeado, había tenido ya por semanas a Jimin secuestrado en el sótano de su casa.

Pero así lo había creído por todo ese tiempo, había creído que esa obsesión que Jimin le provocaba no era más que eso, algo que algún día acabaría, algo que simplemente pasaría como le había ocurrido con Jennie a penas esta lo había dejado. Creía que iba a pasar la misma historia, se suponía que eso iba a pasar pero, entonces, lo había secuestrado y cualquier creencia de superación había sido tirada a la basura. Y por eso en ese mismo momento estaba bajando las escaleras con un suave dolor en sus hombros y cuello, bajando sin energía por aquellas escaleras de madera en busca de lo único que le alegraba últimamente, ese hombre el cual sacaba sus mejores sonrisas y sentimientos.

Sidekicks [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora