—Han pasado dos semanas, Jimin. ¿Tan difícil es encontrar a tu madre? —preguntó Namjoon con un tono, más que curioso, enojado. Jimin soltó un suspiro.
—Lo mismo pienso, pero ella simplemente parece haber sido tragada por la tierra, de verdad.
Jimin miró a Jungkook a los ojos, fijándose en su mirada profunda con sus manos libres y su cuerpo relajado, estando pendiente de lo que el mayor decía a su novio. Incluso no tenía el arma, Jimin suponía que confiaba en él lo suficiente para ya no portarla, y lo agradecía, lo hacía porque iba a arriesgarse, iba a hacer un movimiento el cual trataría de que fuera de lo mas cauteloso, y sobre todo, esperaba que Namjoon lo entendiera.
—Cariño, sabes que puedo ayudarte, solo tienes que pedírmelo y en cuestión de una hora ya tienes la dirección de tu madre. —Jimin suspiró—Solo tienes que darme tu sí y es todo.
—No, Namjoon. Ya te dije que no voy a dejar que me ayudes. Seguiré intentando, voy a hacer todo por mi propia cuenta. —un silencio se hizo presente en la línea. Jimin no sabía que más decir, no cuando Jungkook no le informaba sobre lo que hablaba con Namjoon por mensajes, Jimin era omiso a aquello. No sabía como continuar la conversación, como sacar a flote el tema que deseaba—Y dime... ¿cómo la has pasado estos últimos días sin mi presencia?
—Si te soy sincero, no la he pasado de maravilla. He estado comiendo comida rápida estos últimos días. —Jimin rió bajo y jugó con el borde de su camiseta—Cuando regreses pesaré más de cien kilos. No sabes cuanto deseo que hagas ese Bulgogi que tanto me gusta.
—¿Solo por eso me extrañas? ¿Por mi comida? Pensé que era más importante para ti que eso. —Namjoon rodó los ojos y sonrió ampliamente.
—No seas tonto, Jimin. Por supuesto que no es solo por eso, son muchas cosas más. De verdad es extraño llegar a casa y que no estés aquí para recibirme, incluso me cuesta dormir, ahora tengo que abrazar a una almohada en tu lugar.
—No te creo que no puedas dormir, si a penas te tiras a la cama empiezas a roncar ¿qué dices? —Namjoon soltó una carcajada y Jimin le siguió—No mientas.
—No miento, ahora el que tiene insomnio soy yo, te extraño demasiado, incluso creo que no es sana la forma en la que me siento cunado no hablo contigo, me dan ganas de manda todo a la mierda y tomar el primer vuelo a Busan para ir a verte. —Jimin borró su sonrisa—A veces deseo decirte que me dejes ir contigo, pero sé tu respuesta, y sé que de nuevo podría cagarla.
—Ojalá fuera tan fácil, Namjoon. Si por mi fuera, tú estarías aquí conmigo, salvándome de esta soledad. —Jungkook afinó la mirada, incluso su cuerpo se puso tenso.
—Es fácil, Jimin, solo dime que puedo y ahora mismo tomo un vuelo a Busan.
—No es fácil, de verdad que no lo es. —Jimin fijó su mirada a la de Jungkook—¿Recuerdas aquella vez que te conté sobre lo que pasé cuando cumplí dieciocho años?
—Con los Jun, ¿no es así? —el tono de voz de Namjoon cambió a uno más relajado, uno triste.
—Sí, bueno, así me siento desde el lunes que me fui, como aquella vez con los Jun. —Jungkook se puso alerta—Esa es mi situación actualmente.
—¿Tu situación? ¿Qué tiene que ver eso? —preguntó Namjoon. Y antes de que Jimin pudiera responder siquiera, siguiendo con la conversación. Jungkook se levantó de la silla, inclinándose hacia Jimin y tratando de arrebatarle el móvil.
—Corta la llamada. —le dijo Jungkook en voz muda, moviendo sus labios y amenazándole con el ceño fruncido. Jimin abrazó el móvil.
—Namjoon, escúchame. Yo- ¡No! —y entonces, la llamada se cortó. Jimin gritó y forcejó. Estaba tratando de volver a llamar, estaba nerviosos, sus manos temblaban y su cuerpo dolía debido al agarre de Jungkook, de la repentina fuerza que estaba aplicando, una fuerza la cual era tan potente que incluso Jimin quería llorar al pensar que iba a morir por la misma.
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Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.