Su cuerpo estaba caliente, su vista estaba nublada y las yemas de sus dedos ardían, aún podía sentir la piel de Jimin bajo sus dedos, aún podía ver sus ojos brillando y sus labios relucientes por su propia saliva. Jungkook incluso había tratado de regular su propia respiración, se había obligado a salir de la habitación apenas había visto a Jimin totalmente satisfecho al escucharlo decir que lo quería.
Por eso en ese momento estaba con un canal aleatorio en la televisión del salón, fingiendo mirar la pantalla, tratando de concentrarse en lo que fuera que estaba pasando. Moviendo su pierna rápidamente, jugando con el borde de su camiseta negra. Jungkook solo trataba de ignorar el dolor en su parte inferior, aquella erección provocada por el suceso con Jimin.
Lo había tenido tan cerca, en sus manos, a su disposición. Lo había mirado, le había obligado a decir en voz alta lo que sentía por él como si deseara escucharlo reafirmarlo, como si quisiera confirmar que el corazón de Jeon Jungkook era suyo.
Deslizó su mano por su muslo, bajó la mirada hacia sus pantalones y tragó fuerte. Recordó aquella noche que se había masturbado viendo la fotografía de Jimin, esa noche en la cual no había podido tener una erección a pesar de haber tenido a una mujer hermosa en frente suyo. Jungkook incluso se había imaginado a Jimin masturbándolo y haciéndole una felación sin importar que era un chico, disfrutando de ver su rostro rojo, sus ojos llorosos y sus labios hinchados en sus pensamientos. Posó su mano sobre su pantalón, justo en aquella zona sensible lista para ser estimulada. Lo pensó muy bien, incluso había mordido su labio analizando si debería hacerlo. Había pasado más de un mes desde la última vez que se había masturbado, y aunque intentara negarlo, Jungkook lo deseaba como un loco.
Pero justo cuando se había decidido a bajar la bragueta de su pantalón, había saltado en su lugar cuando el tono de llamada de su celular resonó por el salón.
—Joder. —maldijo en voz baja tomando su móvil y aceptando la llamada—¿Sí?
—Jeon, ¿dónde estás? No me digas que olvidaste que teníamos que estar media hora antes. —Jungkook hizo memoria y se levantó rápidamente cuando recordó la razón por la que Eunki estaba en ese momento llamándole—Lo olvidaste ¿no?
—Gracias por llamar, no lo recordaba. —corrió escaleras arriba y tomó su mochila—Llegaré en cinco.
—Eso espero, no tardará en llegar el señor Jun.
—Seré rápido. Gracias.
—Vale, nos vemos. —y colgó. Esa tarde tenía que llegar antes debido a que iban a darle la paga en efectivo, sobre todo porque iba a trabajar únicamente por un mes en lo que entraba de nuevo a la universidad, y con todo el tema de Jimin lo había olvidado. Así que solo tomó la mochila, las llaves y salió del lugar, tomó el primer taxi y le pidió que fuera lo más rápido posible. Jungkook solo esperaba poder llegar antes que su superior.
[...]
—Me hace sentir un poco mal que hayas cancelado a tu amigo, no te voy a mentir. —le dijo el menor a Eunki quien negó con la cabeza con una gran sonrisa dibujada en su rostro—Es de mal gusto.
—Tú no tienes por qué preocuparte por eso, además, ni siquiera somos tan cercanos. —dijo despreocupado—Solo era para que me hiciera compañía y pasar el rato, no es importante. Además, no hay nada mejor que ayudar a un amigo solitario. —Jungkook terminó de aguardar sus cosas y salió de la cafetería junto al mayor—Y por cierto, no me dijiste por qué cambiaste de parecer tan de repente.
—Bueno, es simple realmente, tenía ganas de beber y no me apetece estar solo y borracho en casa.
—Bueno, al menos así conozco tu magnifico hogar, ¿no?
ESTÁS LEYENDO
Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.