—No puede ser. —dijo Jungkook alzando la mirada apenas probó la cena.
—¿Te gusta? —preguntó Jimin con una suave sonrisa. Jungkook asintió y volvió a tomar otro bocado.
—El mejor Tteokguk que he comido en mi vida. —dijo completamente satisfecho—Tienes que prometerme que lo harás más seguido.
Jimin no lo prometió.
Miró su plato de comida y jugó con los trozos de pastel de arroz, los partió con su cuchara y luego la dejó a un costado para tomar sus palillos y tomar el trozo con ellas y mirarlo fijamente.
Era la cena de navidad, estaban en casa de Jungkook disfrutando de una cálida cena romántica, con todo y velas en la mesa y una botella de vino que había encontrado abandonada en su departamento. Alzó la mirada y no pudo evitar sonreír cariñosamente cuando vio a Jungkook tomar un sorbo de su copa de vino y devolverse al platillo principal para comer con entusiasmo.
Jimin tuvo ganas de llorar por milésima vez en el día al verlo alegre, con sus ojos brillando de felicidad y amor, lleno de vida como el simple joven de veintitrés años que Jungkook era. Con toda una vida por delante.
—¿Estás bien? —Jimin salió de sus pensamientos cuando Jungkook le preguntó.
—Sí, solo pensaba en lo lindo que eres. —dijo Jimin casualmente y Jungkook enrojeció haciendo contraste con el suéter rojo que portaba esa noche—Sigue comiendo, no he terminado de mirarte.
Jungkook lo miró amenazante y estiró su mano por encima de la mesa hasta llegar a la de Jimin y enredarla con la suya en un movimiento.
—Cállate. —le dijo avergonzado. Un golpe de calidez inundó el pecho de Jimin—Por cierto, les dije a Yoongi y Hoseok que estoy saliendo con alguien.
—¿De verdad? Entonces le dijiste de nosotros. —casi afirmó.
—No, quería preguntarte primero si estabas cómodo con que lo supieran, después de todo no estás oficialmente fuera. —Jimin frunció su ceño, era verdad. Nadie sabía sobre su sexualidad dejando a un lado a Namjoon y su círculo de amigos—Ellos no dirán nada, pero no quiero hacer nada que tú no quieras que haga.
Jimin hizo una mueca.
—No quieres. —afirmó Jungkook, su voz ahora más suave.
No es eso. Pensó. No tendría sentido de todos modos, ellos no llegarían a saberlo nunca.
—Por supuesto que quiero, tonto. —se obligó a sonreírle—Cuando regresen a la universidad podríamos quedar aquí en tu casa y entonces les contamos.
—Genial, entonces les diré mañana. —su emoción como la de un niño pequeño—Ellos insistieron en que les dijera pero quería preguntarte primero.
—¿No fue extraño? —Jungkook le miró confundido—Para ellos, el hecho de que salieras con un hombre me refiero. —Jungkook negó.
—Aún no les dije que es un hombre, pero qué importa. —tomó un sorbo de la copa de vino—Ellos reaccionaron bien con le hecho de que Eunki sea bisexual, no tiene por qué ser diferente conmigo, tampoco es la gran cosa. —se encogió de hombros—Al final del día de quien nos enamoramos es de una persona, su sexo queda en segundo plano cuando realmente lo o la amas.
Jimin acaricio con su pulgar la mano de Jungkook y este no pudo soltar una pequeña risa tonta—Eres todo un chico cursi. —se burló. Jungkook no objetó y con una mirada amenazadora volvió a centrarse en su cena.
A pesar de la mano de Jungkook sobre la suya, Jimin no pudo evitar perderse en su cabeza como lo llevaba haciendo desde que había estado en el hospital con Namjoon el día anterior.
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Sidekicks [Kookmin]
FanfictionEl amor era tan maravilloso que en vez de ver todo color rosa veía todo color rojo. No lo recordabas así, ¿no, Jimin? Síndrome de Estocolmo ©nattxn, 2020.