La madre de Jimin decide reiniciar su vida luego de que su expareja se casara nuevamente y formara su propia familia. Conoce a un alfa que promete ser lo que ella siempre quiso, con otro hijo incluido y un cambio de ciudad.
Ella espera que ese cambi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de que terminó de hablar con su mejor amigo, el omega castaño respondió otros mensajes de sus otros amigos, y también de su hyung favorito, que parecía importarle poco estar en clases, pues le respondía muy rápido; así que Jimin, decidió dejar de responderle para que pusiera atención. Obviamente se lo dijo a él, y pareció que su gesto lo enterneció.
Se puso de pie, decidiendo dejar de ser un flojo y hacer algo productivo, empezando por bañarse. Se dirigió a su habitación, y al entrar por su bata, se topó con una bolsita celeste pastel, amarrada con un listón celeste brillante, y sobre esta había una pequeña notita.
Sonrió sabiendo ya quien se la había dejado, y sonrió aún más cuando leyó la nota.
“Te has vuelto tan indispensable para mí, que sé que quiero despertar todos los días a tu lado, viendo tu precioso rostro, justo como hoy”
Después había un espacio, y en letra más pequeña, en la esquina inferior derecha decía.
“¿Te gustaría tener otra cita conmigo hoy?”
Jimin sabía que debía de tener una boba sonrisa de enamorado, y realmente le importaba poco.
Abrió la bolsita, encontrándose con bombones de chocolate, que prácticamente le hicieron agua la boca con solo verlos, y sabía que tenía que comer uno después de desayunar. Guardó la notita junto con el resto, y los chocolates los puso sobre su escritorio.
No se sorprendió en absoluto cuando vió que tenía una llamada entrante del alfa ojigris.
— Hola, hyung. — saludó suave.
Oyó a Yoongi suspirar entrecortadamente, haciéndolo sonreír.
— Ah~ tu voz es tan preciosa, precioso. — alagó con un sonrisa.
Ambos sonreían como tontos enamorados.
— Yah~ no digas esas cosas. — murmuró el omega — ¿Para qué me llamabas? ¿Uhmm? — preguntó juguetón.
— Principalmente, porque necesitaba oír tu preciosa voz. Y segundo, porque espero una respuesta a mi nota. — explicó tranquilo — Y ya sé que no te la dí personalmente, como habíamos acordado... Pero es que estabas tan profundamente dormido en la mañana, y te veías tan hermoso, que no me atreví a despertarte.
Jimin sentía su rostro caliente, debido al sonrojo, y el alfa no estaba muy lejos de estar en la misma situación que el omega.
— Hyung... Que cosas dices. — rió suave — Haces que me ponga todo rojo...
— Realmente me gustaría verte todo bonito y sonrojado, así que paremos de hablar de lo hermoso que eres, antes de que deje tiradas mis clases de hoy, solo para ir a verte. — pidió medio en broma, medio en serio.
— Yah! — rió más fuerte — ¿Estás en receso?
— Así es, bonito. Mi próxima clase es a las once... Pero eso no importa mucho en este momento; dime, ¿si quieres tener una tercera cita conmigo? — preguntó con voz suave y ronca, que erizó la piel del rubio.