fiesta de despedida

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Jimin daba saltitos de un lado al otro arreglando los globos y decoraciones que había puesto prácticamente por todo el jardín. Había ayudado a preparar la comida a su madre, pero de la decoración se había encargado él solamente y estaba bastante felíz y satisfecho.

La suave brisa movía las hojas de los árboles, las pocas flores de su jardín y también sus rubios cabellos. Se había vestido con una camisa de algodón amarilla manga larga que tenía un girasol al centro del pecho, un short de lona azul y unas converse del mismo tono amarillo pastel que su camisa.

Ya había terminado de arreglar todo lo que se podía arreglar, y de dar los últimos retoques, así que decidió sentarse unos minutos en su columpio, antes de que todos empezaran a llegar. Había invitado a Jungkook, Namjoon, Hoseok, Jin, Jisoo, Soobin, Yeojun y obviamente a su Sulli Noona.

Todos conocían a la pelirosa por todo lo que Jimin hablaba sobre ella; así que todos sabían que la fémina era alguien amable, dulce, comprensiva y empática. Alguien perfecta para su profesión. Los únicos que la conocían en persona, aparte de Yoongi y sus padres, eran Namjoon y Jin, ya que ambos lo habían ido a dejar a su terapia en varias ocasiones, cuando recién se había mudado al complejo de apartamentos.

Estaba muy agradecido con ambos.

Oyó sonar el timbre de la puerta, y se puso de pie rápidamente, corriendo hacía el interior de su casa, encontrándose con su madre en la entrada, que también se dirigía a abrir la puerta.

— Jimin, que te he dicho de andar con zapatos en la casa. — regañó en tono relajado — De seguro traes tierra del jardín en los zapatos.

El menor se encogió de hombros y se ruborizó avergonzado.

— Perdón, mami. No lo volveré a hacer.

In-Na negó divertida, porque sabía que eso no era verdad, pero de igual manera, ya se había acostumbrado a los distraído que era a veces su hijo.

Abrió la puerta antes de que el timbre sonara otra vez, y sonrió al ver a los amigos de su hijo. Al parecer todos venían puntuales porque todos estaban allí frente a ella.

— Hola, chicos y Jisoo. Se ven muy bien. Pasen adelante, Jimin está que da saltitos de alegría. — saludó de forma cálida.

Todos se adentraron a la bonita casa, en cuanto la fémina se hizo a un lado y abrió la puerta de par en par. Jimin se lanzó sobre sus amigos y los lleno de abrazos y besos en las mejillas a todos. Cosa que les encantaba demasiado; las muestras de cariño llenas de ternura y sin malicia del menor, simplemente se sentían como un abrazo al alma.

Luego de saludar también al señor Dong-Wook que había salido de la cocina al oír el jaleo, todos se dirigieron al patio en donde se sorprendieron de lo hermosamente decorado que estaba. Todo lleno de luces amarillas, con flores por todos lados e incluso algunos globos que parecían globos de aire caliente flotando por allí, sostenidos solo por un listón para que no volaran con la brisa y se perdieran en el firmamento.

Jimin estaba sentado en el pasto sobre sus pies, viendo hacía dentro de la casa, específicamente hacía la puerta de entrada. Todavía no llegaban su Yoongi hyung y su Sully Noona, y esa fiesta, era especialmente para ella, así que eso lo tenía un poco nervioso.

Cuando el timbre sonó nuevamente, Jimin se levantó y corrió hacía adentro, ante la atenta y divertida mirada de todos allí, que habían estado pendientes al lenguaje corporal del omega, por si parecía decaído o algo similar.

Jimin abrió la puerta y sonrió en gran manera al ver al hadita de cabellos rosados.

— ¡Noona! — chilló feliz, arrojándose a los brazos de la mayor, en un apretado y cálido abrazo.

STEPSIBLINGS; HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora