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Jimin se despertó debido al sonido de su alarma, se estiró y la apagó; vió por la ventana, como una suave llovizna caía y como el sol no había salido todo, apenas era leves rayos dorados, tratando de abrirse paso en el oscuro firmamento. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y los nervios del primer día de clases instalarse en su estómago, por segunda vez en el año.
Se levantó, y se dirigió a la ducha; dándose cuenta que todo en la casa estaba oscuro, y de que él era el primero en despertar.
Se bañó concienzudamente, lavando su cabello, y su cuerpo, tratando de quitar toda la sangre seca de sus muñecas, y todo rastro de lágrimas de su rostro. El día anterior, les habían llevado batas para el baño, y eso hacía más cómodo todo. Se la puso sobre su cuerpo, y caminó al cuarto de su madre mientras secaba su cabello con una toalla más pequeña. Tocó la puerta dos veces, oyó un poco de movimiento adentro y luego de un par de minutos esta se abrió, mostrando al alfa de su madre con una pijama muy graciosa de pollitos y el rostro adormilado.
— Oh. Creo que me quedé dormido. — fue lo primero que dijo el pelinegro mientras rascaba su nuca.
— ¿Me podrían dar el uniforme? — pidió divertido el menor — No quiero pescar un resfiado.
— Oh, si, si. — asintió el alfa.
Jimin lo vió entrar nuevamente al cuarto, y al estar la puerta abierta, también pudo ver a su madre dormida entre los enormes cobertores de la enorme cama, y abrazando una almohada que estaba del lado de la cama del pelinegro. Sonrió sin ser consciente realmente, ya que su madre había estado más tranquila y de mejor humor desde que se habían mudado; y si ella era feliz, Jimin se sentía un poco más liviano.
— Toma. — interrumpió sus pensamientos el mayor, al tiempo que le extendía un gancho cubierto con una bolsa de tela, donde suponía que estaba su uniforme.
— Gracias. — murmuró el rubio, al tiempo que hacía una leve reverencia.
Tomó la ropa y se dió la vuelta, para irse a su cuarto.
Cuando entró, se apresuró a sacar su nuevo uniforme, encontrándose con una camisa de botones, una chaqueta muy similar a la de su antiguo colegio -excepto por el color-, unos shorts y unas calcetas. Suspiró. El conjunto no se veía tan mal, sólo esperaba que no se le viera mal tampoco puesto. No quería verse como un fracasado desde el primer día en el nuevo colegio.
Se lo puso con delicadeza, bastante conforme, pues no le quedaba grande, pero tampoco demasiado ajustado, justo como debía de ser un uniforme. Antes de ponerse la chaqueta, se puso gasas en las heridas de sus muñecas, y sobre estas listones, pues no quería mancharla -había vuelto a sangrar un poco luego de lavarse- y los listones eran por si debía quitarsela. Más valía prevenir que lamentar.
Supuso que debía ponerse sus antiguos zapatos del antiguo colegio, así los tomó del aramario, y los bajó en sus manos a la primera planta, junto con su mochila ya hecha desde la noche anterior, y con su celular en su bolsa. Puso los zapatos y la mochila, en el suelo del pequeño recibidor, y se encaminó a la cocina, donde como ya se imaginaba, estaba el alfa Dong-Wook cocinando el desayuno.
— Hoy si, buenos días Jimin. — saludó divertido.
Jimin dió una pequeña risita, pues el alfa se veía más despierto y animado.
— Buenos días, Dong-Wook. ¿Qué prepara para el desayuno de hoy? — preguntó imitando el tono del alfa.
— Un desayuno americano. — respondió sonriente el alfa — También hago un mini-platito para bebés, porque comes tan poquito como un bebé.
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STEPSIBLINGS; Hermanastros
FanfictionLa madre de Jimin decide reiniciar su vida luego de que su expareja se casara nuevamente y formara su propia familia. Conoce a un alfa que promete ser lo que ella siempre quiso, con otro hijo incluido y un cambio de ciudad. Ella espera que ese cambi...
