STEPSIBLINGS; Hermanastros

POR QUÉ

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Jimin se preparaba para dormir, ya se había dado un baño caliente, se había cepillado los dientes, se había puesto el pijama, incluso se habían puesto una mascarilla con su mamá, y habían obligado a su papá a ponerse una también. Ahora le ponía el pijama a su pollito –su papá le había llevado más ropita para él– mientras tarareaba una canción que salía en la radio.

Dejando de lado que a Yoongi le había llegado su celo, y no había salido de su cuarto en todo el día anterior, y ese día, haciéndo el ambiente un poco pesado, todo había ido muy bien.

El día anterior fue el primer día en el que durmió solito, y como a su mamá no le gustaba que echara llave por si algo pasaba, había tenido que dormir sin seguro en la puerta; eso lo había puesto bastante nervioso al principio, pero al ver que el alfa de ojos grises en ningún momento salió de su cuarto e intentó meterse al suyo, se había relajado bastante, y había logrado dormirse relativamente temprano, despertando hasta las nueve del día siguiente, y porque su papá lo llegó a despertar, para que bajara a desayunar y tomara sus medicinas.

Habían pasado todo ese día domingo entre risas, y juegos, hasta que a Jimin le llegó un correo de la agencia, pidiéndole que llegara más temprano el día siguiente, porque tenían que comunicarle algo muy importante. Los padres del omega se habían alegrado y preocupado a partes iguales, ya que era bastante obvio lo que le iban a decir al pequeño. Mientras que el rubio, seguía pensando en si era lo correcto mudarse al complejo de apartamentos de la agencia, ó pedirle a Sulli que le diera algún papelito que dijera que debía de quedarse con sus padres hasta que mejorara.

Claro, si es que era que debutaba, todo podía pasar, y podían decirle que había sido un buen trainee, pero que debían dejarlo ir, ó algo así.

Cuando les dijeron que su tiempo de entrenamiento era mucho más corto que el de los idols, no esperaba que fuera en serio tan poco. Apenas y llevaba un mes entrenando, y ya lo habían sacado en un comercial, lo cual ya era mucho decir; puesto que si lo echaban, alguna otra agencia podría llamarlo, sólo por el hecho de haber salido en un anuncio de una de las agencias más grandes de entretenimiento.

Jimin no estaba seguro de si todo eso era bueno o malo. Ó ninguna de las dos, porque como Taehyung decía, no todo es blanco y negro, hay muchísimos colores de por medio.

Terminó de ponerle el pijama a su pollito bebé, así que apagó las luces, pero dejó la música encendida, para tratar de dormirse ya, pues ya eran pasadas las doce. Se sentía bastante relajado y somnoliento, pero su lobo estaba un poco inquieto –lo cual hasta cierto punto lo tranquilizaba, porque eso quería decir que se estaba recuperando, ya que no sentirlo en absoluto era peor que sentirlo inquieto– y eso le mantenía una pequeña alerta en su cabeza, de que probablemente algo pasaría, aunque todavía no estaba seguro de si ese algo sería bueno ó malo... Ó un poco de ambos.

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Lo despertó un ya muy conocido aroma, que lo tranquilizaba y alteraba a partes iguales. Con pereza trato de abrir poco a poco sus pesados parpados, que parecían cerrarse solos en contra de su voluntad. Pero cuando sintió una fría mano acariciarle el rostro de forma lenta y con delicadeza, supo que debía de abrirlos si ó si. Para su no-tan-sorpresa, el alfa pálido de ojos grises, estaba casi sobre él, acariciándole el rostro, y Jimin hubiera gritado, de no ser porque el castaño estaba llorando silenciosamente.

— Hyung... ¿Qué sucede? — preguntó preocupado, perdiendo todo rastro de sueño.

Su lobo había empezado a rasguñar en su interior, y Jimin supuso que quería que consolara al alfa ó algo similar. Así que sin poder contradecirlo mucho, dejó de abrazar a su peluche, y extendió sus manos para limpiar las lágrimas del bonito, pero triste rostro del alfa.