La madre de Jimin decide reiniciar su vida luego de que su expareja se casara nuevamente y formara su propia familia. Conoce a un alfa que promete ser lo que ella siempre quiso, con otro hijo incluido y un cambio de ciudad.
Ella espera que ese cambi...
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Yoongi se despertó, debido al sonido de su alarma que había interrumpido su sueño; con mucha pereza y ganas de ignorarla, la apagó y se sentó sobre su cama, tratando de no volver a dormirse, y de espantar hasta el último rastro de sueño. Cuando lo logró un poco, se puso de pie y se empezó a alistar para irse a la universidad.
Se bañó, se vistió, y metió todos sus libros, apuntes, cuadernos y tareas a su bolsón, revisando la lista de ese día y asegurándose de no olvidar nada. Ya que probablemente moriría de estrés si dejaba algo; ya le había sucedido anteriormente y no había sido para nada bonito.
Ese día llevaba clases desde las seis treinta de la mañana, hasta las seis de la tarde. Por lo menos tenía dos horas para almorzar, y eso quería decir que comería algo rápido en menos de media hora, y dormiría el resto del tiempo.
Bajó a la primera planta directo a la cocina para buscar algo de comer, y se encontró con In-Na, guardando comida en un toper.
— Ya es tarde, Yoongi. — dijo con una sonrisa divertida — son las cinco cuarenta y cinco.
— ¿Qué? — preguntó estupefacto.
¿Cuánto se había tardado en bañarse? ¿Eso le había atrasado? ¿Ó había sido el tiempo que le tomó despertar? Prácticamente era una hora de camino hasta su universidad; cuarenta y cinco minutos con suerte, ¿y ya tenía quince minutos de retraso? Definitivamente sería un día maravilloso.
— Si, estaba a punto de ir a ver si te habías quedad dormido. — comentó metiendo dos toper y otras cosas a una bolsa térmica — Toma, aquí ya va tu desayuno y un par de cosas más que puedes comer de refrigerio... Una de ellas es de parte de Jiminnie. — dijo extendiéndole la bolsa.
Yoongi la tomó un poco consternado.
— ¿Qué es de Minnie? — preguntó de forma rápida.
La omega castaña negó con la cabeza divertida.
— Vete ya, y lo averiguas cuando lo habras. — instó.
— Oh, si. Cierto, cierto. — murmuró — ¡Muchas gracias! Vendré como a las siete.
Se despidió con una inclinación de cabeza, y salió apresurado, tomando su mochila que la había dejado en el recibidor, se puso los zapatos, salió de la casa, y se subió a su auto, en rumbo a la universidad.
Iba manejando tratando de calmar el estrés de llegar tarde, y agradeciendo a la Luna que no hubiera tanto tráfico como para atascarlo. Puso la radio, y la dejó en una emisora cualquiera; realmente no le estaba prestando atención, hasta que empezaron a salir "noticias" De la farándula, y mencionaron el nombre del tierno omega de cabellos rubios y ojitos color miel.
Le subió el volúmen curioso, pues el menor a penas y mencionaba su empleo. Sus padres y él, se daban cuenta de lo concerniente a su trabajo, gracias a las noticias y programas de variedades y chismes.
