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Dong-Wook e In-Na iban llegando a su casa, ambos muy exhaustos, pero bastante relajados; salir a un cita era algo que ambos ya necesitaban y disfrutaban mucho, por lo bien que congeniaban. Como el auto se lo habían llevado sus hijos, habían pedido un taxi, y con lo cansados que iban, el alfa dió un poco de gracias a la Luna por no tener que conducir. Se bajaron, pagaron, y tocaron el timbre de la casa, esperando a que el rubio les fuera a abrir.
¿Por qué tocaban si la casa tenía contraseña? Porque Dong-Wook había tomado esa costumbre desde que vivían solos con su hijo, para que si este estaba haciendo alguna estupidez –lo cual era muy probable– tuviera tiempo de dejar de hacerla, e hiciera algo por la vida, como abrir la puerta.
Aunque desde que se habían mudado junto con su futura esposa y su hijo, el hijo de esta era el que les abría la mayoría de las veces. Pero para sorpresa de ambos, esa vez, el castaño les abrió la puerta, aunque con un semblante un poco amargado.
— Hola, Yoongi. — saludó la pelinaranja al tiempo que entraba y se quitaban los zapatos.
— Hola. — saludó el menor, para luego bostezar.
— ¿Estabas dormido? — preguntó entre sorprendido e incrédulo Dong-Wook a su hijo, ya que sabía que el alfita podía llegar casi que hasta las cuatro de la madrugada jugando videojuegos.
— No. — respondió el alfa menor — Pero me siento cansado. — se encogió de hombros.
— Oh... ¿Y Jimin? — preguntó antes de que su hijo subiera las escaleras.
— Creo que en el patio.
— ¿Crees?
Yoongi blanqueó los ojos.
— Si, creo. Cuando vinimos dijo que iría a sentarse un rato al lado de la piscina, pero no lo he oído subir. — explicó.
In-Na se incluyó en la conversación.
— ¿Está haciendo berrinche por algo? — preguntó confundida.
Normalmente su hijo se apartaba de todos, cuando estaba haciendo berrinche, ó había tenido un pésimo día.
— No lo creo... Si al caso, fue después de que leyeramos su nota. — respondió el ojigris, sin muchos ánimos, y subiendo completamente las escaleras para ir a seguir jugando a su cuarto.
Los dos mayores se vieron entre sí.
— Ve a cambiarte, y eso. Iré yo. — dijo el alfa.
La fémina asintió, para poder ir a ponerse el pijama, y desmaquillarse.
El alfa caminó por la casa hasta llegar al patio, donde efectivamente, vió al pequeño rubio tirado en el suelo. Se apresuró hasta él, un poco asustado de que se hubiera desmayado ó algo similar, pero cuando lo vió respirar de forma pausada, se dió cuenta de que solamente estaba dormido. Suspiró un poco divertido, y se sentó al lado del menor; dándose cuenta, de como había un rastro de lágrimas secas en sus mejillas, y se preguntó si su hijo había mentido, y en realidad si había pasado algo malo ó algo que alteró al omega. También el celular de este sonaba con una canción bastante triste, que el alfa recordaba haber oído en una caricatura.
Sacudió de forma suave al rubio, llamándolo por su nombre, hasta que poco a poco, despertó.
— Jiminnie, tienes tres sofás, y una cama... Y decidiste dormir en el suelo... ¡Del patio! — exclamó entre divertido y exasperado, ocultando muy bien su preocupación.
El mencionado rió un poco, y se sentó.
— Lo siento... Sólo me recosté para ver el cielo, y cuando menos sentí, me quedé dormido. — admitió a medias mientras veía al rededor somnoliento — ¿Y mamá? — preguntó luego de un rato.
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STEPSIBLINGS; Hermanastros
FanfictionLa madre de Jimin decide reiniciar su vida luego de que su expareja se casara nuevamente y formara su propia familia. Conoce a un alfa que promete ser lo que ella siempre quiso, con otro hijo incluido y un cambio de ciudad. Ella espera que ese cambi...
