La madre de Jimin decide reiniciar su vida luego de que su expareja se casara nuevamente y formara su propia familia. Conoce a un alfa que promete ser lo que ella siempre quiso, con otro hijo incluido y un cambio de ciudad.
Ella espera que ese cambi...
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La recién confirmada pareja, caminaba tomada de la mano, disfrutando del clima templado, el relajante silencio, y del brillo de la luna, las estrellas y las muchas luciérnagas que rondaban por el lugar, haciéndolo parecer casi mágico. Tenían un tierno sonrojo en sus rostros y sonrisas cálidas que no se borrarían fácilmente. Estaban en su propio paraíso.
— Definitivamente tenemos que traer aquí a mamá y papá. — comentó el omega con tono relajado.
— Creo que les gustaría demasiado. — asintió el alfa — Pero debemos conseguir otra tienda.
— Yo podría comprarlas. — ofreció — Vamos cuando tengas tiempo... Hablando de una cosa por otra, deberíamos comernos los malvaviscos calientes.
Yoongi sonrió y asintió, mientras se giraba para ver al menor. Se veía simplemente adorable con su naricita roja por el frío, y el suéter enorme que le caía por un hombro.
— Recuerdo la primera vez que nos conocimos... Casi no hablaste, pero te veías muy hermoso. — murmuró el castaño — Recuerdo que moría de curiosidad por saber si la niña con la que ibas era tu novia, aunque ambos parecieran omegas, siempre cabe la posibilidad. — admitió divertido.
Jimin rió suave.
— Recuerdo que papá me preguntó, y luego tú insististe... ¿Yo te gusté desde ese día? — preguntó avergonzado, pero genuinamente curioso.
Ya habían llegado al campamento, y se sentaron al lado del fuego que ya se estaba debilitando. Yoongi le puso más leña, para que avivara nuevamente y los calentara.
— ¿Sinceramente? — preguntó al tiempo que se sentaba al lado del menor, y los cubría a ambos con una manta — Si. Creí que eras el omega más bonito que había visto en mi vida. — rió — Y tu aroma también me volvió loco... Incluso, al llegar a mi casa, mi celo se adelantó. — confesó un poco avergonzado por ello.
Jimin también se sentía de la misma manera, y rió un poco por ello.
— Woa~... Es realmente increíble como tuvimos una suerte extraña de conocernos. — opinó el rubio — ¿Crees que si nuestros padres no se hubieran casado, igualmente nos hubiéramos conocido?
El alfa lo pensó un par de segundos antes de responder.
— Probablemente si... Siempre me llamó la atención medicina y las universidades de Seoul, y creo que igual hubieras seguido tu sueño hasta acá, así que... Si, probablemente. — sonrió.
Siguieron conversando por varias horas más, hasta que el frío era demasiado como para estar a la interperie.
— Ve a ponerte el pijama en lo que yo guardo las cosas, y te tomas tu chocolate caliente en lo que yo me pongo mi pijama. — ordenó con dulzura el alfa.