STEPSIBLINGS; Hermanastros

OTRO CUMPLEAÑOS MÁS

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Jimin se había quedado a dormir en la cama de sus padres, en medio de ambos; abrazando a su mamá, mientras su papá los arazaba a los dos. Había sido algo bastante reconfortante, tanto, que se despertó con una sonrisa, de sentir que los mayores seguían con él, y se abrazaban entre ellos, apachurrandolo en medio. No pudo evitar llorar, pero no fue de tristeza, sino por el tibio sentimiento de ser amado, que empezaba a crecer en su pecho.

— Buenos días, pollito. — saludó su padre.

— Buenos días, señor papá. — respondió entre avergonzado por el apodo, y sorprendido de que el alfa estuviera despierto.

— Feliz cumpleaños, bebé. — dijo su madre, abrazándolo con fuerza, y besándolo en la mejilla.

Jimin sentía su cara caliente, y estaba seguro de que también estaba roja.

— Casi te decía gracias igual, mami. — admitió con vergüenza, haciéndo reír a los mayores.

— ¿Por qué eso no me hubiera sorprendido? — preguntó la fémina, fingiendo sorpresa en su tono.

El rubio rió de forma suave.

— Durmamos un poquito más. — pidió bostezando, y cerrando de nuevo sus ojos.

— Hu-Hu, Rosie y Taehyung vendrán a las once, y ya son casi las diez. Debemos de bañarnos y desayunar antes de que vengan, para que piensen que somos una familia productiva. — dijo en tono formal la fémina.

Jimin rió y se sentó de forma rápida en la cama, por la sorpresa. Aunque rápidamente se dió cuenta de que había sido una mala idea, porque se mareó y cayó de nuevo en la cama.

— ¿Qué sucedió? — preguntó preocupado el alfa, tocando la frente del menor — No sé si tienes fiebre, ó sólo es temperatura por esta envuelto. — dijo dudoso Dong-Wook.

In-Na le tocó también la frente al rubio, ya preocupada.

— ¿Por qué te tiraste de vuelta a la cama? — preguntó poniéndose de pie.

— Uhm... Me mareé un poco. — admitió — ¿Tengo fiebre? — preguntó nervioso.

La pelinaranja regreso con un termómetro.

— Abre la boca. — ordenó con tono que se le habla a un niño pequeño.

Jimin obedeció y volvió a cerrarla en cuanto el termómetro estuvo dentro. Esperaron en silencio unos minutos, y cuando el termómetro sonó, la madre del omega lo tomó y lo revisó.

— Si tienes un poco de fiebre... Treintaiocho punto cinco, para ser exacta. — murmuró — ¿Te sientes mal?

El menor lo pensó un poco.

Realmente lo que más le dolía, era el brazo, en donde se había cortado la noche anterior; pero a parte de eso, se sentía un poco entumecido y un poco como cuando te estás recuperando de una fuerte gripa.

— Me siento como si me estuviera curando de una gripe fuerte. — admitió — Y me duelen un poco las extremidades.

— Tal vez deberíamos llevarlo al doctor. — sugirió el alfa.

— ¡No! — se negó rápidamente — Quiero decir... TaeTae y Rosie ya están por llegar... Y no me gustan los hospitales. Tal vez... Podría sólo tomar pastillas, y sino se me quita para mañana, vamos al doctor.

— Está bien. — accedió su madre — Pero sólo porque ya es tarde. Ahora, ve a bañarte en lo que preparamos el desayuno.

Jimin asintió, y de forma un poco más lenta, se puso de pie, para luego ir a su habitación, tomar su bata, e irse a dar un baño, mientras los adultos se fueron a la cocina, donde hablaban en voz baja.