SOLOS

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El omega rubio de ojos color miel, se estiraba con pereza en su cama, tratando de despertarse del todo. No sabía qué horas eran, pero suponía que ya era tarde, pues el sol ya se estaba ocultando; al fin era viernes, así que había podido dormir desde que llegó del colegio, sin preocuparse por hacer tareas, ya las haría en la noche ó al día siguiente.

Ese día también se habían venido de la escuela con los revoltosos alfas que también eran sus vecinos, y nuevamente estos se habían quedado a pasar el rato en su casa. Por suerte no había tenido que bajar para nada, así que no había tenido que socializar obligatoriamente con ellos, ya que como se había quedado dormido, ni siquiera había almorzado, y mucho menos había tenido que llevar los trastes sucios al primer piso.

Se puso de pie, topándose con su reflejo, en el espejo de cuerpo completo que había en su armario; no recordaba haberse dormido sólo en camiseta y bóxers, pero al parecer así lo había hecho. También se había quitado las pulseras que habitualmente cubrían sus muñecas, así que ya nervioso por eso, fue a revisar que la puerta tuviera seguro. Y si, lo tenía.

Se estiró nuevamente a la vez que un bostezo salía de sus labios; pensó en si ponerse sus pulseras, listones ó una camisa manga larga para cubrir sus heridas, decidiéndose al final por unas bandas de tela para las muñecas, de esas que parecían de las que se ponían los gimnastas, para secar el sudor, ó para quién sabe qué.

Se puso un short cualquiera, fue a orinar, y luego bajó de forma lenta a la primera planta, esperando que no hubiera nadie, y efectivamente, la casa parecía estar sola; todas las luces estaban apagadas, aunque entraba un tenue iluminación por las ventanas, y por la puerta del jardín. Lo único encendido era el televisor, y hasta que el omega se acercó a este, y estuvo cerca del sofá, fue que vió a su futuro hermanastro, dormido boca arriba en este.

Se mordió el labio, y antes de arrepentirse, se subió a horcajadas sobre el alfa, poniendo su trasero justo sobre su miembro, sorprendiéndose de que ya estaba semi-erecto. Empezó a mecerse sobre este, y llamar con voz suave el nombre del alfa, a la vez que le acariciaba el cabello y besaba su cuello.

Cuando sintió como las enormes manos de su hyung se pusieron sobre su trasero, apretándolo y amasándolo, dió una pequeña risita, por haber logrado despertarlo. También se sintió demasiado a gusto consigo mismo, cuando se quiso quitar de sobre el mayor, y el este no le dejó.

— Ah, creo que esta es una linda forma de despertar. — murmuró el alfa con voz ronca — Podría acostumbrarme a ella.

Jimin sacó su rostro del cuello del ojigris, y lo vió a la cara de forma curiosa, mordiéndo su labio. Yoongi al ver eso, jaló de la nuca al menor, y empezó a besar y a morder él el labio que había sido anteriormente mordido por el omega, sintiéndo como este se aferraba a su camiseta. Por otro lado, el rubio seguía meciéndose sobre la ya erección del mayor, mientras suspiraba a gusto, también soltando pequeños jadeos y sintiendo como su propio miembro despertaba.

De forma un poco dudosa, el omega bajó una de sus manos desde el pecho del mayor hasta su vientre; metiéndo su pequeña mano dentro del pantalón deportivo y el bóxer del alfa, para finalmente tocar el pene de este directamente. Empezó a bombearlo de forma lenta, oyendo las maldiciones satisfechas del de ojos grises, y sintiéndo como este le imitaba, metiéndo sus manos bajo su short, y acariciando directamente su trasero.

El alfa se sintió complacido de sentir como el esfínter del rubio ya estaba húmedo, lo suficiente como para meter un dedo sin problemas, empezando a moverlo al ritmo de la pequeña mano sobre su miembro. Jimin chilló a gusto con la deliciosa invasión, levantó más su trasero y abrió un poco más sus piernas, para que al mayor se le hiciera más fácil la labor.

STEPSIBLINGS; HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora