La madre de Jimin decide reiniciar su vida luego de que su expareja se casara nuevamente y formara su propia familia. Conoce a un alfa que promete ser lo que ella siempre quiso, con otro hijo incluido y un cambio de ciudad.
Ella espera que ese cambi...
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Jimin acariciaba con suavidad los cabellos castaños con su característico mechon gris, del alfa de ojos gatunos, que estaba prácticamente sobre su pecho, aspirando el aroma de su cuello, y abrazándolo por la cintura. Estaba aferrado a él como un niño a un peluche, y eso le daba demasiada ternura al rubio de ojos color miel.
Había empezado a tararear una canción cualquiera, tratando de despertar de forma suave al mayor, pues ya era tarde, y debían de desayunar algo, para que el contrario pudiera hacer sus tareas pronto, y así pudieran quedarse el resto de día dándose mimos, hasta que tuvieran que irse.
Poco a poco sintió como el alfa iba despertándo, ya que el agarre en su cintura se iba haciendo cada vez más firme. Siguió tarareando la suave melodía, hasta que sintió unos suaves labios acariciar con suavidad su cuello, en diferentes zonas, haciéndolo sonreír de forma boba.
— Buenos días, lindo. — saludó el mayor, alzando su rostro para poder ver a los ojos al omega.
— Buenos días, alfa. — devolvió el saludo el contrario, de forma suave.
— Cantas precioso. Nunca me cansaré de decírtelo. — afirmó el castaño, al tiempo que volvía a ocultarse en el cuello del menor, para marcarlo con su aroma, haciéndole cosquillas — Sigue cantando, por favor.
Por su parte Jimin trataba de no retorcerse tanto y de no sonrojarse demasiado, mientras intentaba que la voz no le fallara con las caricias del mayor. Algo que era bastante difícil de efectuar, pues las cosquillas en el cuello eran su punto débil... Para muchas cosas.
— Yah~ hyung~ — murmuró con aegyo — Déjame ir, debemos ir a lavarnos la cara, y yo pediré el desayuno, para que puedas hacer tus tareas y tengamos libre toda la tarde. — le recordó.
Yoongi se quejó, pero lo soltó, arrojándose a un lado de la cama, y haciendo pucheros, que calentaron el corazón de Jimin.
— Eres muy tierno, hyung. — dijo con una risita.
— ¡Yah! ¡Qué dices! — se quejó con fingida molestia el contrario — El tierno acá eres tú. Hasta tu pijama es tierna, toda llena de pollitos, que se parecen a tí. — acusó, haciéndo nuevamente sonrojar al rubio.
Jimin no respondió, solamente se puso de pie riendo, y se encerró en el baño, dejando al alfa con una sonrisa en su rostro. Amaba la risa del omega y ser la causa de ella, era demasiado para su tonto ego de alfa.
Estaba a punto de volver a quedarse dormido, cuando el menor salió del baño con el rostro humedo, y secándoselo con una toalla.
— No sé de cuál jabón usas para el rostro hyung, pero tengo de tres tipos, están sobre el tocador del baño, pued-
— Espera. ¿Qué no sólo hay un jabón para bañarse ó son de diferentes aromas? No entendí. — dijo con confusión el castaño.
