STEPSIBLINGS; Hermanastros

NO

.・。.・゜✭・☪・✫・゜・。.

Jimin llegaba a su casa, luego de un largo y cansado día en la agencia. Para suerte, al fin era viernes, y eso quería decir que podría pasar todo el fin de semana encerrado en su casa, y siendo abrazado por sus papás, lo cual era lo que deseaba desde el martes que había tenido que salir solito. –bueno, había ido a dejarlo Namjoon, lo cual era mejor que irse solo en el transporte público, pero igual no le agradaba mucho el salir de casa– Con los adultos habían acordado, que de lunes a viernes dormiría con ellos, pero como los fines de semana pasarían juntos todo el día, trataría de dormir en su propia habitación. Jimin sólo esperaba poder lograrlo.

Subió a la segunda planta, arrastrado los pies, y chineando de forma suave su pollito. Porque si, lo llevaba también a la agencia. El peluchito era demasiado lindo, e incluso olía a su mejor amigo, lo cual le ayudaba a sentirse más tranquilo. Además la sensación de estar abrazando a algo/alguien, le quitaba un poco la sensación de soledad que casi siempre tenía en su pecho.

Por otro lado las cosas con Yoongi estaban bastante extrañas. –por lo menos para él– Constantemente el alfa trataba de ayudarle a hacer las cosas de la casa, cosa que nunca si quiera había mostrado indicios antes. También le hablaba en un tono muy suave, que le ponía lo nervios de punta. No porque le diera miedo, –aunque si le tenía miedo, pero era un miedo permanente– sino porque era demasiado extraño. Sentía como si era estúpido ó un niño pequeño cada que el alfa le hablaba de esa forma. La única vez que le oyó maldecir, fue el miércoles, Jimin había servido y puesto los platos lo más lejos posible de nuevo, pero fue un momento al baño, y Yoongi los había movido para que estuvieran al lado, sentándose como si nada. Él había tratado de imitarlo, y se sentó fingiendo normalidad, pero de un momento a otro el alfa puso su mano sobre su pierna, eso lo alteró demasiado, así que tomó su plato de comida y salió del comedor para comer en su cuarto.

Cuando salía oyó a Yoongi maldecir.

Jimin le había contado a Sulli el día anterior cuando pintaban juntos en un lienzo. Así la fémina se dió cuenta de que el alfa que le gustaba y le había dañado por última vez, era su hermanastro. Contrario a lo que el menor pensó, la omega no lo vió con asco, ni nada por estilo, solamente le dijo que debía de tratar de decirle a sus padres, que el alfa le incómodaba.

A Jimin le gustaba mucho estar con la fémina, porque podía ser él mismo, no tenía que sonreír para no preocuparla, podía llorar, y ella no lo veía con lástima. Y el día anterior, incluso la omega pelirosa le había ayudado a olvidarse de todo, aunque fuera sólo por hora y media; habían pintado, jugado con sus peluches, e incluso bailado, y se había divertido demasiado... Y aunque hicieron todo eso, Sulli había logrado que Jimin le contara varias cosas, lo cual lo había sorprendido a él mismo, y nuevamente confirmó que la muchacha era muy buena en su trabajo.

Entró a su habitación, tiró su bolsón a un lado de la cama, se cambió de ropa por una más cómoda, se limpió el rostro, tomó nuevamente su pollito, y salió de la habitación. Realmente no esperaba encontrarse con Yoongi de frente, como si estuviera pensando si entrar ó no a su cuarto.

El alfa lo veía fijamente, no decía absolutamente nada, sólo lo miraba en silencio, poniéndolo nervioso.

— ¿Qué sucede? — le preguntó el rubio de forma suave.

Yoongi se acercó más a él, haciéndo que retrocediera, hasta que su espalda chocó con su puerta.

— ¿Por qué me evitas? — preguntó el alfa en tono tranquilo.

— No... No te evito. — murmuró Jimin.

— Si, si lo haces. — dijo seguro el mayor.

El castaño levantó su mano, viendo como el omega cerraba los ojos, le acarició el rostro con delicadeza. Jimin sintió que su respiración se cortaba, y su lobo se removió confundido en su interior.