Q U I N N
MOTEL KETTERING (Reino Unido)El auto se frena de golpe y mis ojos se abren al haber sido zarandeada por todo el asiento.
— Abajo — dice Román.
Mi mirada recorre el lugar tras la ventana y me percato de que estamos en un motel.
TRAVELODGE KETTERING.
Ese es el nombre del lugar, es un edificio pequeño, de una sola planta, todo de ladrillos con un gran estacionamiento, lleno de camiones de carga, supongo que los camioneros que deben hacer viajes largos paran aquí.
Bajo del auto y una brisa de viento cálido me recorre el cuerpo y me despeina un poco.
Inconscientemente mi mano se dirige hacia la pulsera de cuero que descansa un poco más arriba del lastimando provocado por las cuerdas.
La hago girar en mi muñeca y una triste sonrisa se me escapa al saber qué tal vez está con esa rubia.
Entramos al lugar y un señor un poco mayor está en recepción comiéndose unas donuts con glaseado de chocolate.
En otra vida, si hubiera tenido el hambre que tengo ahora y no hubiera tenido el aspecto de una loca psicótica, le hubiera pedido una.
Me rio sola de solo pensarlo.Todos me miran y yo me estremezco con la brusca cerrada de puños de Román.
Me mandan a sentar a un asiento y yo caigo como plomo al bajar la cola para hacerlo, todo mi cuerpo me pesa demasiado y creo que nunca antes tuve tanta hambre, la sed también ha vuelto, pero el hambre era en estos momentos algo infernal, y eso es mucho decir, se lo que es pasar hambre, se lo que es ir a la cama sin comer porque no quedó comida para todos en el comedor, lo sé y es algo de lo que nunca me quejé , pero joder, llevo prácticamente días sin comer nada y sin dormir, no se como aún sigo viva, en los libros ya debería haber estado muerta, o tal vez viva, pero desmayada... Mierda.
Estamos todos en una habitación, esperando que nos traigan el equipaje que nos habían hecho dejar en recepción para que un hombre lo traiga junto a las llaves de las otras habitaciones, espero que haya otras, no se si soy capaz de dormir con alguno de ellos.
Golpean la puerta y Roman se para a abrir. Un hombre entra a la habitación, haciéndose paso entre Roman y el sillón que se encontraba junto a este y cubría la puerta en caso de que quisieran entrar sin tocar.
Este inspecciona todo el lugar y ruego porque me saque de allí, se que si llego a gritar, o querer correr, tres hombres son mejores que uno y no va a haber otro resultado que no sea uno en el piso y tres riéndose a carcajadas.
El señor me mira a los ojos y yo me estremezco.
— ¿Quien carajos es este hombre? — pregunta Julio parándose de la cama para hacerle frente.
— Buenas noches, disculpen las molestias, solo me encargaba de ver que el lugar esté en condiciones y que su equipaje ya esté aquí.
— Bueno, ahora te puedes ir hombre, no hay nada que ver — responde Román enojándose.
El hombre vuelve a mirarme y yo cada vez me siento más incómoda, tal vez le parezco rara, tal vez nunca vio una pelirroja con un ojo celeste y uno marrón, la gente suele sorprenderse.
Sale de la puerta y la habitación queda en un silencio incómodo, que Fred decide cortar.
— ¿Donde va a dormir?
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RAMÉ
RomanceElla era abierta y alegre era diferente y ambiciosa. El era apocado y silencioso, nadie lo veía, el era una sombra. Ella amaba leer y el amaba escribir. Ella fue el poema más hermoso del que él alguna vez escribió. Y el fue el libro más int...