La cena

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Q U I N N

— Vamos a comer chicos — Courtney entra a la sala de juegos donde estábamos con más primos de James, Candice y Oliver.

Todos se ponen de pie, estábamos jugando al monopoly en la alfombra mientras los más pequeños juegan con algunos juguetes que trajeron.

Los niños son los que primero salen, luego James levanta a Candice en brazos y me extiende la mano para que me ponga de pie. Oliver camina por detrás y todos salimos de la habitación dejándola a oscuras y vacía.

— Gracias — Oliver me susurra cuando James se adelanta con la pequeña pelinegra.

— Sabes que no me molesta — le digo con una sonrisa de labios cerrados y me adelanto un poco para sentarme en la mesa.

Lou llega con un carrito y deja un pavo gigantesco en el centro de las mesas, y a los alrededores de esto, junto a las velas y decoraciones, hay papas, batatas, ensaladas, salsas, zanahorias, me pierdo en tanta comida.

— Vamos a agradecer por la comida — una señora mayor, muy elegante, vestida con un vestido de invierno blanco, habla.

Todos dejan de hablar y se centran en las cortas palabras que la señora dirige, al final todos asientan con la cabeza y el movimiento por la comida comienza.

Jonathan corta el pavo con ayuda de Courtney que lo regaña al ver que corta pedazos muy grandes o muy pequeños.

— Hay otro en el horno — avisa Luisa antes de irse por la puerta.

— ¡Que haríamos sin Lou! — se ríe Courtney y los primeros pedazos de pavo empiezan a circular.

La familia se ríe, hacen chistes y cuentan anécdotas, en la mesa de "los primos" estamos bastante distantes, los niños juegan y los de mediana edad hablan sobre "Fortnite", por otro lado yo con James y Oliver comemos casi sin decir nada, solo asentimos o contestamos a lo que Candice pregunta o dice.

— Está muy rico — dice James para romper el hielo.

Oliver mira a Candice quien acaba de terminarse las zanahorias asadas.

— Quinn — me dice — debemos irnos, su mamá nos estará esperando en cualquier momento.

— Esta... bien — le respondo y para mi suerte ya muchos se levantaron de sus asientos para seguir con las charlas en diferentes lados de la galería.

Todos están en movimiento porque son las 11:30.

— Pequeña, debemos irnos — Oliver le dice a Candice quien tiene los ojitos medió cerrados, está con sueño.

— Vengan por acá — les aviso y James está conversando con sus padres, creo, por lo que se queda en la mesa.

Los llevo por la galería y Oliver me pide que lo lleve con Jonathan para agradecerle.

— Jonathan... — digo cuando veo que el está terminando de hablar con la señora mayor que dio las bendiciones, creo que es su madre.

— ¡Quinn! ¿Como la están pasando? ¿Comieron rico?

— Todo muy rico — miro a Oliver quien se las apaña para corresponder el estrecho de mano con Candice dormida en su hombro — Muchas gracias por la invitación, enserio, no se cómo agrádenles.

— Tengo entendido que eres amigo de Quinn, del orfanato.

— Amigos... — murmuro.

— Algo así — responde él — Pero si, nos conocemos por el orfanato.

— Todo amigo de Quinn es bienvenido en casa, por favor cuando quieran... — les sonríe y yo también lo hago— y la pequeña es preciosa.

— Gracias... — dice Oliver — Nos venimos a despedir, su mamá nos está esperando y creo que ya estuvo bien, no queremos molestar más, muchas gracias.

— No hay de que — responde Jonathan — ¿Donde se están quedando?

El rostro de Oliver palidece.

— Estamos... estamos... aquí a la vuelta.

Jonathan sonríe — ¡Ah! Son hijos de los Luckets.

— No... en el callejón — dice Oliver, no avergonzado, pero si con timidez.

— Oh... — la expresión de Jonathan cambia de un segundo al otro — ¿Vives ahi?

— Cuando cumplí 18 en el orfanato, mi tiempo ahí, en el orfanato, se terminó — suspira — Estoy trabajando algunos días en el restaurante de la vuelta.

— ¿No son hermanos?

— No.

— Perdón que me intrometa — dice Jonathan un poco preocupado — ¿La niña vive en la calle?

— Lamentablemente si.

— ¿Su mamá?

— La madre de Candice está un poco ocupada... — ese Ocupada no significa nada bueno.

— ¿Puedo ir? — Jonathan está preocupado, se le nota en el ceño fruncido y en el tono de voz.

— ¿Al callejón?

Me alegra la preocupación del señor James, si esta fuera mi casa y yo no fuera una carga nueva para los James, ya los hubiera hecho quedar aquí.

— Si.

— Señor...

— Quiero ayudar.

— Está bien ¿Ahora?

— Falta media hora para Año Nuevo, creo que tengo tiempo.

— Si... — Oliver acaricia el pelo de Candice mientras esta se le acomoda en el hombro.

— Quinn ¿nos acompañas? — Jonathan se vuelve hacia mi, yo miro a Oliver esperando alguna respuesta de su parte y el solo traga saliva.

— Si, voy.

***

Salimos de la casa, por la puerta lateral y caminamos bajo la fría noche de hoy, por suerte no está cayendo nieve y los caminos están bastante despejados.

<<Hace unos días estuvo nevando>> <<¿Oliver durmió en un callejón mientras la nieve los helaba? >> me pongo tensa y trato de pensar en otra cosa para que esos pensamientos no me cieguen. Los voy a ayudar, de eso estoy segura.

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora