Nuestro fuerte

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Q U I N N

— Ven — le dije a Oliver para que entre a la cocina.

Ya era tarde, creo que estábamos pasada la media noche, porque cuando vi que la nieve empezó a caer me tuve que escapar a buscarlos. Y admito, que haber encontrado a Oliver solo, me dejó con una sensación muy fea en el pecho. Después de lo que yo pasé en el secuestró... No se lo deseo a nadie, y menos a una niña pequeña, yo tuve suerte, pero no se si... <<Basta>>

— Come esto — la olla con la sopa que cenamos hoy, aún estaba en la hornalla, Así que le serví un poco para que cenara.

— Gracias, pero no tengo hambre — respondió mirándome y sentándose en una de las sillas de la mesa de la cocina.

— Oliver estás helado, bebe un poco, necesitas comer — tenía la nariz roja por el frío y las mejillas rosadas por haber estado llorando.

Aún me cuesta creer que existió otro Oliver en el orfanato, uno que me molestaba y hacía sentir mal cada que podía, pero creo que con El Paso del tiempo vamos aprendiendo y pasando por cosas que nos cambian.

Tiempo atrás pensé que había momentos que no llegaría nunca a superar y dejar atrás sin que duelan, y es muy gracioso, porque hoy en día no termino de entender cómo me importaron tanto.

— ¿Tu crees que ella está bien? — preguntó en la segunda cucharada de sopa.

Yo lo observé unos segundos y dije — ¿Porque cosa, crees que Jane usaría ese collar? ¿Lo empeñaría, lo guardaría, conseguiría diner...

— Droga, Jane es una adicta — declaró y eso a mi me dejó de piedra.

No sabía que decir, sinceramente, hasta donde se, el tema de las drogas es un mundo no muy bonito.

— ¿No tienes esperanzas, verdad?

— Desde lo que yo pase, ningún secuestro es lindo, pero... no pienso perder la esperanza, tú tampoco lo harás, porque ella no se lo merece.

El soltó una risa que medio no entendí y fruncí el ceño al ver esa sonrisa, que antes la tomaba con algo horrible que odiaba presenciar, obviamente, antes sus sonrisas eran de suficiencia ahora, es sincera y transparente.

— ¿Que? — pregunté.

— Nada, me acorde de algo en el orfanato.

— Anda, dime, que yo también me quiero reír.

— Cuando tu con Jack querían ganar la competencia de literatura, tú pensabas que iban a ganar porque leías mucho, pero no sabían que yo era el mejor, claro — algo en el se relajo y el momento vino a mi cabeza — Y... bueno, yo gane finalmente y Jack se enojo conmigo porque te hice enojar.

— Lo recuerdo muy bien, pero éramos niños, y en mi defensa, nuestro trabajo estaba mucho mejor.

— ¿Como era la frase que habíamos escogido? — pregunté y lo vi mirarme.

— ¿No la recuerdas? — preguntó con los labios entreabiertos — Era algo de la esperanza, por eso lo recordé... — frunció los labios levemente y luego habló — Ya la tengo: "Una vez que has escogido la esperanza, todo es posible"

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora