Soldado

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M A T T I A

<<Ejército Rojo>> Así se había llamado el grupo de mi difunta esposa. La rabia me hace ver todo negro y más cuando recuerdo como esa mujer me sacó a mi hija y nos engañó a todos, haciéndonos pensar que estaba muerta, cuando en realidad estaba en la calle planeando como volver al poder.

Ese maldito orfanato que fue creado con otro objetivo... Ese orfanato iba a ser para nuestros futuros hijos, pero la maldita luego del proyecto y de que mis padres murieran se fue de Estados Unidos dejándonos con asuntos a medias y un edificio manejado por gente sin conocimiento del poder que tenían las personas que iban a educar ahí.

Salgo al pasillo otra vez y me encuentro con Jack, quien ahora es mi mano derecha, ya que mi hermano murió y su madre también. Nos están exterminando, y no voy a permitir que se sigan pasando sobre nosotros.

— ¿Las tropas están listas?

— Listas y entrenando.

— ¿Cuantos hombres tenemos?

— Ocho mil.

— ¿Y los Petrov?

— Hasta ahora, de lo que pudimos averiguar, seis mil novecientos.

— Ese número no está confirmado ¿verdad?

— No, no lo está.

— Bien, tenemos que ser los mejores, me tengo que ir a la reunión con Dane Wood.

— ¿Comenzamos la misión?

— Quiero que aborden los aviones en dos horas, que ningún hombre más del necesario se quede.

J A M E S

Estoy en mi hora de descanso y aprovecho este tiempo para informar todo lo que pude averiguar. Me encuentro en la parte de los establos bebiendo un poco de sopa ya que debemos organizar nuestros siguientes pasos.

— Debemos unirnos a la guerra — suelto — Vamos a poder tener los dos clanes más importantes para destruir.

La línea se queda unos segundos en silencio.

— ¿Cómo quieres hacer eso?

— Y deberíamos atacar, debe ser con el factor sorpresa, pero es nuestra oportunidad.

— ¿Alguien alguna vez escucho la frase: No te metas donde no te llaman? Creo que aplicaría — dice Celine.

Ruedo los ojos — Celine, ¿que mejor oportunidad tenemos?

— No lo se... ¿pero dimensionan lo que es entrar en una guerra?

— Si y...

— Vamos a hacerlo — me apoya Thompson — Vamos a entrar, de sorpresa, vamos a enfocarnos en arrestar a los jefes de cada clan y a la hija de Betto, la niña que los James habían adoptado...

— Quinn.

— Ella, va a ser nuestra carnada.

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora