RAMÉ

Epilogo

G  A V R E L
Una semana después

Está más que claro que es imposible terminar con la mafia al cien por cien. Pero, con Quinn estábamos demasiado cansado de tener que lidiar con cosas que nuestros padres causaron, cosas que no tenían que ver con nosotros, pero que por la familia, nos involucraba.

Mattia, Fred, Nicholas y Jack, tras las rejas. Andrey y Noor enterrados. <<Perfecto>>

— Quiero que nos vayamos — me dijo mientras tomábamos una taza de café en la casa de James. El nos había alojado un tiempo.

— Yo también.

— ¿A donde? — le pregunté mirándole los ojos bicolores.

Mi mirada se posó en un globo terráqueo que había sobre una mesada, de adorno. Quinn se acerco y lo tomó.

— Yo lo giro y tú eliges un lugar ¿si?

— Está bien — acepte y cerré los ojos mientras ella hizo girar el globo. Mi dedo se posó en un lugar al azar deteniendo el globo.

— Grecia. Me encanta.

— A mi también — dije acercándola a mi cuerpo para besarla.

#
Q U I N N
Un año después
Grecia - Oia

El viento me despeina en el balcón de nuestra casa, en Oía, una isla griega de Santorini. Tomo un sorbo de mi café, mientras veo cómo Oliver y Candice juegan en la playa.

La pequeña está cumpliendo cinco años y Oliver le prometió armar un castillo de arena, para festejar su cumpleaños. Somos como una pequeña familia, que decidió aislarse de todo nuestro pasado.

Los días son tranquilos, yo trabajo en una biblioteca todas las mañanas y Oliver consiguió que una editorial le sacara sus libros. Tiene uno de poemas que tuvo bastante éxito en Nueva York, con la editorial Black.

Con eso vivimos, bien. Nos damos nuestros gustos y disfrutamos de la tranquilidad. Somos jóvenes, para algunos demasiados, pero después de todo sabemos disfrutar de cada momento.

Creo que la vida nos a golpeado de diferentes maneras para poder hacernos entender que esta es un viaje, que debemos disfrutar para poder crear los recuerdos que nos hagan sonreír cada que nuestra mente viaje al pasado, pero con la mirada hacia el futuro...

Por eso creo que debemos soñar como si nuestra vida fuera infinita y vivir como si muriéramos hoy. Disfrutar de todo, de cada pequeño detalle que nos haga sonreír.

— ¡Quinn! ¡Mira! — grita Candice llegando a la cocina donde le preparo un plato de frutas. En su mano sostiene el celular de Oliver donde aparecen ellos junto a un castillo de arena.

— Wow — digo dándole un beso en la coronilla, para luego besarlo a él.

— ¿Tienen hambre? — pregunto dejando que me roben unos kiwis cortados.

— Mucha — Oliver se roba más — Estas hermosa.

Los tres nos sentamos sobre unos almohadones en el balcón. El Sol nos hace sombra y nuestras siluetas se reflejan en el suelo. Sonrío al ver la imagen y sentir que somos la mejor familia que puede existir.