Q U I N N
Rusia - Siete días despuésEl estar moviéndome con bandas delincuentes no me gusta nada, pero lamentablemente es la única manera de salvar a Noor.
Desde que mi madre murió, traté de convencerme de que hacía todo esto por acabar con las muertes y temas ilegales, pero todo se desvirtuó y se convirtió en algo serio, en un tema, que aunque no quiera, ya lleva mi nombre en su legado y lo único que me queda hacer es dejar una buena historia.
Las cosas se irán dando y los sucesos irán pasando, pero ya no me interesa cambiar las cosas, soy ambiciosa y quiero ganar, y no se si será de sangre, pero no me rindo hasta tener lo que quiero, puede que aún quiera que esto acabe, pero mas quiero a la gente que quiero este a salvo y si tengo que entrar en la guerra lo haré.
Conecto mis auriculares y me ajusto el chaleco antibalas. Oliver a mi lado hace lo mismo, se conecta su equipo de sonido y me guiña el ojo cuando se prende los abrojos del chaleco.
Me siento eufórica, la adrenalina está en mi sistema y esto no es cualquier cosa, no va a ser una batalla cualquiera, estamos en una guerra, esta va a ser una de las tantas luchas que debemos, si o si ganar.
— ¿Lista? — dice Andrey a nuestras espaldas.
Llevamos una semana armando este operativo, no sabemos mucho de mi padre, solo que también se está preparando y tiene alianzas fuertes.
Subimos a un vehículo blindado color negro que no deja entrar mucha luz.
Por la ventana veo cómo más 4x4 nos siguen saliendo de la residencia. El viaje es movido ya que nos adentramos a un camino de tierra en el que los árboles son más frondosos y varias ramas chocan con las puertas, techo y vidrios del auto.
— Saldremos cuando sea seguro parar, pero el lugar no se presta para seguir en el vehículo — Andrey avisa por los audífonos — La gente de los Betto está a unos dos kilómetros, junto con la gente de Dane.
— Entendido — dicen los soldados equipándose las armas y abriendo las puertas para descender de los vehículos — ¡Todos listos para bajar! — dice el que maneja el ejército.
— No hay nadie a la vista — avisan por los micrófonos y la tropa empieza a salir de los vehículos.
— ¿Las motos están listas? — pregunto cuando veo que los vehículos donde traen las motos se estacionan a los costados, sería una locura gastar energía en correr hasta donde mi padre se encuentra.
— Parte de la tropa tomó el camino terrestre, no hay que perder tiempo que si llegan solos moriran — avisa Andrey — Aborden las motos y andando.
Con Oliver nos subimos a dos diferentes y encendemos los motores mientras nos adentramos a la selva. Esta parte está helada, todo es blanco, por suerte en estos momentos la nieve no cae, pero se me dificulta la vista al ver todo blanco ya que las retinas me arden un poco.
Cuando nos acercamos donde los incendios comienzan, puedo ver el edificio abandonado donde mi padre se instaló. Con respaldo derríbanos la puerta principal. El lugar es húmedo y oscuro.
— Entramos — aviso por el auricular empuñando el arma.
Subimos las escaleras dejando minas en lugares estratégicos. No hay gente en la planta baja, y eso asegura que nos están esperando.
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RAMÉ
RomansaElla era abierta y alegre era diferente y ambiciosa. El era apocado y silencioso, nadie lo veía, el era una sombra. Ella amaba leer y el amaba escribir. Ella fue el poema más hermoso del que él alguna vez escribió. Y el fue el libro más int...