Mis desiciones.

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Q U I N N

Camino por el pasillo con Mara a mi lado.

— ¿Leíste los sobres?

— No.

— Parecen ser importantes ¿viste de donde los mandaron?

— No.

— ¿Los leerás?

— Estoy llegando tarde a una reunión en la que tú deberías estar, ¿qué haces aquí? — me freno mirándola.

Hubo un momento, luego de la fiesta en la que Mara quizo persuadirme para darle el poder a mi padre, ademas trató de hablarme de su hijo. Ninguno de los dos temas me interesaron mucho así que no les di importancia, pero ella no parece rendirse, en el fondo no se que es lo que busca.

Subo las escaleras y me vuelvo un segundo hacia atrás, para comprobar que estén los guardas en las puertas de Oliver y en las esquinas del pasillo. Una vez controlado sigo con mi camino. El perímetro está lleno de gente, que lleva y trae cosas para la reconstrucción de la mitad del castillo.

Nos plantamos con Mara enfrente de la puerta de reuniones y la veo adelantarse a abrírmela. No fueron unos días faciles, Oliver casi muere, mucha gente lo hizo, mi madre que pensaba que estaba muerta estaba viva y yo la maté, tengo el poder de todo un imperio, corté con mi novio, con el que no duramos ni una semana... Dias duros.

Los que estaban con mi madre, los Brown, no me quieren, en realidad, nadie lo hace. Llegué y les arrebaté todo a todos. No es que haya venido con intensiones, yo ni siquiera lo sabía, pero así sucedió y dejó aceptar las consecuencias.

— Bienvenida — me saluda un hombre de traje, parece ser que trabajaba para mi madre. El lugar es grande y hay dos grupos de personas, separados y un hueco en el medio de la mesa para mi.

Tomó asiento dejando los sobres bajo las palmas de mis manos. Observo a todos, respondo saludos y ninguno parece tener intenciones de hacer contacto visual conmigo. <<Gracias>>

— Estos fueron días difíciles, no digo que lo tengamos que pasar por alto y olvidar, pero las cosas van a cambiar.

Miro a mi padre quien intercambia miradas con Lorenzo.

— Como máxima autoridad voy a decidir a diestra y siniestra como continuar — quiero que me respeten así que no bajo la cabeza ni me achico al hablar — Vamos a comenzar de vuelta, las reformas serán comunicadas a medida que las vaya decidiendo  — la cara de mi progenitor se deforma.

— No puedes hacer esto.

— Si, puedo — me defiendo — Si alguno no está conforme con lo que hago o digo, morirá, sin rodeos. Ya vieron cómo lo hice con mi madre y creo que deben tener más que claro que puedo hacerlo con quien quiera.

Lorenzo se prepara para hablar, pero lo callo levantándole la mano.

— Quiero que mañana todo empiece a funcionar como de costumbre, y que me entreguen los archivos de todo en lo que estaba involucrada mi madre — miro al lado derecho de la mesa donde los que seguían a Luisa me miran — Y claro, otro con lo tuyo padre. Ah, y cómo ya saben como mi sotto-capo no se encuentra en posición de ayudarme a dirigir, así que, a las noticias me las harán llegar personalmente.

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora